Música de la Edad Media y del Renacimiento
Les Musiciens de Provence, instrumentos antiguos · vol. 3




medieval.org

Hispavox HARS 740-12 (LP, España) Ⓟ 1977
Arion ARN 34 301 (LP, 1975)
grabación: Couvent Royal de Saint Maximin - La Sainte Baume





[A]

1. Branle des chevaux  [2:12]   De la «Orchéosographie», 1588

2. Agniau dous   [2:57]  s. XIII

3. Au renouviau  [2:26]  s. XIII

4. CSM 353. Quen a omagen da Virgen   [2:33]   Alfonso X EL SABIO, s. XIII

5. Triory  [2:05]   De la «Orchéosographie», 1588

6. Chanson de mai  [3:07]   Colin MUSET, s. XIII

7. L'aucèu en gabiolo  [2:12]  provenzal

8. CSM 10. Rosas das rosas   [2:58]   Alfonso X EL SABIO, s. XIII

9. Ductia   [1:37]  anónimo, s. XIV



[B]

1. Noun pourrié ana plus mau  [2:43]  anónimo provenzal, fin del s. XV

2. Branle des lavandières  [1:59]   Pierre ATTAIGNANT, s. XVI

3. Calabaza  [1:09]  anónimo, s. XVI

4. Danse d'étudiants  [2:39]  anónimo, s. XVI

5. Basse danse   [2:10]   Pierre ATTAIGNANT, s. XVI

6. Danse reale  [2:44] ]  anónimo, s. XII

7. Branle de Champaigne   [1:53]   Pierre ATTAIGNANT, s. XVI

8. Pavane   [2:05]   Pierre ATTAIGNANT, s. XVI

9. Lei gràci dei meissounie  [2:28]  anónimo provenzal

10. Branle de Champaigne   [1:53]   Pierre PHALÈSE, s. XVI







La Agrupación de «Les Musiciens de Provence» se fundó en 1970.

Ya conocidos por sus actividades en el terreno de los instrumentos tradicionales de Provenza, «flûtet» y tamburina (o tamboril de cuerdas), los músicos que lo componen habían tenido ocasión de tocar juntos y de este encuentro había surgido una sólida amistad. Así, pues, decidieron reunirse de manera regular. Rápidamente sintieron la necesidad de enriquecer su paleta sonora haciendo investigaciones sobre los instrumentos del pasado.

Su primer interés fue el de pedir al «luthier» Marius Fabre que reconstruyera los grandes «flûtets» de tres agujeros de la Edad Media y del Renacimiento, antecesores directos de la actual flauta de Provenza, a la que impropiamente se llama «Galoubet», así como el tamboril que es su indispensable acompañante. El área de utilización de estos instrumentos está en nuestros días reducida a algunos puntos del globo, entre ellos Provenza, pero en otros tiempos se extendió por toda Europa.

Así nació en ellos la idea de reconstruir una Agrupación de instrumentos populares, tal como podía existir en la Edad Media y en el Renacimiento, sin reducirse únicamente a Provenza, pero apoyándose, sobre todo, en su tradición musical. En efecto, Provenza había conservado buen número de instrumentos venidos directamente de la Edad Media como los «timbalons» (pequeños timbales) cimbaletas, las sonajes, la «roue à clochettes» (campanil), el timbal, sin olvidar el «frestéu» (flauta de Pan) de los pastores de Grau, «flageolet» (octavín de caña), el pifano de caña y la zanfona.

En cuanto a aquéllos que la tradición no había podido brindar, pero que los antiguos cantores de villancicos mencionan con mucha frecuencia, los han reconstruido apoyándose en documentos que han podido llegar hasta nuestros días. Muchos de ellos se deben a Marius Fabre o a los propios músicos. Finalmente, cuando fue posible, el grupo pidió ayuda a «luthiers» extranjeros. Así la agrupación se enriqueció rápidamente con nuevas sonoridades: mandora, trompeta marina, cromornos, salterio, «chalumeau» (caramillo rústico), arpa, tamboril de cuerda, regal (pequeño órgano), espineta, rebec (especie de violin piriforme de tres cuerdas). Y, por fin, complemento indispensable a la música instrumental en la que son especialistas, también hicieron intervenir el canto.

Es obvio decir que el repertorio se amplía, por lo que concierne a la Edad Media y al Renacimiento, a la música de toda Europa. Dan por supuesto preferencia a las piezas que conservan el carácter popular al que están tan particularmente ligados: canciones y danzas de la Edad Media, el rico terreno de los villancicos provenzales y bailes del Renacimiento. Hay que subrayar que para volver a dar vida a una música a la que la ciencia no restituye frecuentemente más que con una gran aproximación, otorgan un importante lugar a la improvisación, fieles en ello a una tradición de interpretación específicamente popular: según los elementos que han llegado hasta nosotros, realizan en común una «orquestación» indicativa, dejando a cada uno la facultad de improvisar a su gusto.

Esto no nos debe hacer creer que olvidan el repertorio de la música tradicional de Provenza, ya que tocan sobre los instrumentos típicos de la Provenza de los siglos XVII y XVIII: «flûtets» y tamburinas, timbal, «timbalons» y cimbaletas.

A los seis músicos de los comienzos (Pierre Eyguesier, Maurice Guis, Maurice Maréchal, Rene Nazet, Jean y Jean-Paul Porta) vinieron a unirse más recientemente Jean y Lors Hémard, cuya presencia enriqueció el grupo con los instrumentos en los que son especialistas: oboe, sacabuche, flauta travesera antigua.

En 1973, «Les musiciens de Provence» grabaron su primer disco (Hispavox HARS 740-06), seguido por otro en 1974 (HARS 740-09), y por este tercero, más recientemente. Todos ellos consagrados a la música de la Edad Media y del Renacimiento.

Requeridos cada vez con más frecuencia fuera de Provenza, siguen dirigiéndose sin embargo a un público popular en el más amplio sentido del término, y en primer lugar, al de su país.








BRANLE DES CHEVAUX (según la «Orchesographie» de 1588)
El «Branle» es una danza «en cadena» conocida desde la Edad Media y muy extendida en Francia en el siglo XVI. En muchas regiones francesas, sobre todo en Provenza, se ven en sus danzas tradicionales los vestigios de este «branle».
El «branle» conocía numerosas variedades que fueron señaladas por Thoinot Arbeau en su célebre «Orchesographie» (1588), especie de enciclopedia de la danza de su época. Sabemos por ella ese gran número de variantes a que daba lugar, acompañadas por diversos juegos de sociedad: «branles de las Ermitas», «de los guisantes», «del Oficial», «de las hachas», «de los zuecos».
En el Branle des Chevaux, los bailarines imitan las coces. Extraída de la «Orchesographie», este «branle» está tocado por los oboes, los «flûtets» soprano, el pequeño «flûtet», el cromorno, el sacabuche y las sonajas.

AGNIAU DOUS (anónimo, siglo XIII)
Si el amor cortesano tiene un lugar preponderante en las canciones en lengua vulgar de la Edad Media, puede sin embargo ceder el paso a la inspiración religiosa, por lo que los poetas-compositores pusieron con frecuencia su talento al servicio de la religión. Los últimos trovadores dejaron innumerables ejemplos de esta afirmación en el Sur de Francia y en España. Sería entonces natural el celebrar el amor divino en los mismos términos que el cortesano.
«Agniau dous», «virelai» anónimo francés, data probablemente del siglo XIII. Utiliza como tema los lamentos de la Virgen al pie de la cruz.
La presente versión instrumental emplea: arpa, flautas de pico, mandora, salterio, tamboril de cuerda y pequeños timbales («timbalons»).

AU RENOUVIAU (anónimo, siglo XIII)
Sabemos hasta qué punto les gustaba a los troveros evocar la naturaleza y la primavera al principio de sus composiciones. Una tal entrada en materia, por banal y convencional que pudiera ser, les proporcionaba un matiz campestre. El trovero anónimo que, en el siglo XIII, compuso «Au renoviau», comienza, como debe ser, por situar en primavera la historia que nos cuenta. Sobre una música con aires de danza ligera, dos damas se plantean esta grave cuestión: ¿se debe preferir a un amante joven, hermoso y valiente, pero pobre, o a un amante mucho menos joven pero rico...?
Escucharemos sucesivamente a las flautas, «flûtets» soprano, cromorno, pequeño «flûtet», zanfona, caramillo, acompañados por el tamboril de cuerda y los pequeños timbales.

QUEM A OMAGEM DA VIRGEN (Alfonso X «El Sabio», siglo XIII)
Hacia la mitad del siglo XIII, el arte de los trovadores franqueó las fronteras y conoció una magnífica floración en España. Alfonso X «El Sabio», rey de Castilla y León, sería el maestro indiscutible de esta escuela ibérica. Sus obras, dedicadas exclusivamente a la Virgen, están reunidas en los manuscritos de «Las Cantigas de Santa María», cuyos ricos grabados nos ofrecen preciosos testimonios sobre los instrumentos del siglo XIII.
La canción «Ouem a omagem...» cuenta un milagro ocurrido en un monasterio: según la leyenda, Jesucristo se apareció a un niño y le invitó a la comunión.
«Aquel que honre la imagen de la Virgen y de su Hijo, será por Ellos honrado en su reino a ningún otro parecido. Y yo os contaré allá arriba, si así lo queréis, un milagro que hizo la Virgen, que siempre quiere nuestro bien...»
«Chalumeau» (caramillo) y flauta de pico se unen para ofrecernos esta bella melodía.

TRIORY (según la «Orchesographie» de 1588)
Esta danza, que estuvo de moda a finales del siglo XVI, es probablemente una «ronda» de la Baja Bretaña. Su origen parece muy antiguo. Thoinot Arbeau la incluye entre los «branles» e indica que sus pasos obligan a numerosos cruces de los pies.
El «Triory» está interpretado por el oboe, el cromorno soprano, el regal y la «darbouka».

CHANSON DE MAI (Colin Muset, siglo XIII)
Colin Muset ejerció la profesión de juglar. Su condición de músico popular ambulante le valió un lugar aparte en la canción del siglo XIII. De hecho, no se parece en nada a los nobles señores que practicaban el arte de «trovar» y que no se atrevían a descender a cantar en la plaza pública.
A través de los detalles pintorescos que nos ofrece sobre sí mismo, nos podemos imaginar la vida cotidiana de un hombre del pueblo. En cuanto a la música, es generalmente simple y franca. Todas estas características hacen de Colin Muset una personalidad extrañamente moderna y en alguna forma, antecesor de nuestros actuales cantantes populares.
Esta «Canción de Mayo», introducida por el «frestèu» (flauta de pan), está interpretada por los «flûtets» soprano, flautas de pico, zanfona y caramillo con acompañamiento del tamboril de cuerda.

L'AUCEAU EN GABIOLO («El pájaro en la jaula», anónimo provenzal)
«L'auceau en gabiolo» es una canción tradicional de Provenza, aunque la época de su composición es poco precisa. Fue recogida en el siglo XIX por Damase Arbaud. La utilización, a modo de estribillo, del antiguo grito de los halconeros occitanos («¡Voló, es decir, vuela!») puede hacernos suponer un origen bastante antiguo.
La canción nos cuenta la historia de un pájaro enjaulado durante siete años «sin comer ni beber». Al cabo de esos años el pájaro huye y rehúsa volver a pesar de las bellas promesas que se le hacen continuamente.
Esta melodía, de acentos melancólicos, es tocada por el salterio.

ROSA DAS ROSAS (Alfonso X   Sabio», siglo XIII)
En esta canción dedicada a la Virgen, el rey Alfonso X «El Sabio» supo poner todo el refinamiento del vocabulario cortesano al servicio del amor místico.

«Rosa de las rosas, flor entre las flores,
Dama entre las Damas, soberana de las soberanas,
Rosa de belleza y de majestad,
Flor de alegría y de placer,
Dama muy caritativa, soberana que borra heridas y dolores...»

La melodía, transcrita por H. Anglés, destaca por su pureza y su refinada sencillez. Está interpretada por la flauta travesera antigua, las flautas de pico y el tamboril de cuerda.

DUCTIA (anónimo, siglo XIV)
Según el teórico Jean de Grouchy la «ductia» era una danza que exigía, más que ninguna otra, la puntuación de instrumentos de percusión. La «ductia» presentada en esta grabación proviene de un manuscrito inglés del «British Museum». Su escritura a dos voces es de un refinamiento totalmente insólito en la música instrumental de finales del siglo XIII, que es la época aproximada de su composición. Los instrumentos utilizados son esencialmente «altos», es decir, instrumentos de pleno aire: oboe de cápsula (o de Poitou), caramillo y sacabuche, a los que se añaden la zanfona, el pequeño «flûtet», las cimbaletas y el tamboril.

NOUN POURRIÉ ANA PLUS MAU (anónimo provenzal, finales del siglo XV)
Los músicos provenzales ya nos han hecho conocer algunas de las canciones del «Carrateyron», que son particularmente representativas de la canción provenzal de finales del siglo XV («Les Musiciens de Provence», vols. I y II). Recordemos que estas canciones, violentamente satíricas, han sido probablemente compuestas por los curiales de Aix y cantadas en el transcurso del periodo del Corpus, en el que entonces se toleraba una cierta libertad de lenguaje; se ejecutaban durante la farsa de Momo por cantores encaramados en una pequeña carreta, de donde viene el nombre de «Carrateyron», es decir, «Petit Charretier».
«Noun pourrié ana plus mau», tercera de las canciones del «Carrateyron», denuncia con vigor todos los abusos y no prescinde ni del parlamento ni del clero, ni de los comerciantes, ni incluso de los jóvenes vestidos a la última moda. De esta interminable canción escucharemos las estrofas I, X y XII, acompañadas por el tamboril de cuerdas, el oboe y el cromorno tenor.

BRANLE DES LAVANDIERES (Pierre Attaignant, siglo XVI)
El «Branle des lavandières» era una especie de pequeño ballet en el que los bailarines imitaban los golpes de las criadas al golpear la ropa con sus manos. La versión a cuatro voces, apuntada ya en la «Orchesographie», se vuelve a encontrar en Attaignant y en Pierre Phalèse.
Instrumentos utilizados: «flûtets» soprano, flautas de pico, cromornos y «cliquettes» (pedazos de madera o de hueso que se agitan a manera de castañuelas).

CALABAZA (anónimo, siglo XV)
Esta pieza es de hecho una canción «para beber» española del siglo XV, con una letra erótico-báquica.
Está interpretada aquí por un trío de cromornos, sobre un «tempo» de pavana.

DANSE D'ETUDIANTS (anónimo, siglo XVI)
Esta danza de estudiantes proviene de un manuscrito anónimo conservado en Munich, y cuya fecha podríamos fijarla aproximadamente en el 1600. Esta danza, probablemente muy popular, la volvemos a encontrar sobre todo en Tilman Susato (bajo el título de «Allemande»), pero hay que subrayar que en la presente versión, su primera parte —en ritmo binario— está seguida por una variación a tres tiempos. La «Danse d'estudiants» está tocada alternativamente por el pequeño «flûtet» y por el oboe y el sacabuche juntos, con acompañamiento de timbal.

BASSE DANSE (Attaignant, siglo XVI)
La «Basse danse» se practicó sobre todo entre 1350 y 1550, fecha en la que comienza su declinación. Se bailaba sin saltar y de ahí proviene su nombre.
Según Thoinot Arbeau, la «Basse danse» tenía un ritmo ternario estricto. Tocada frecuentemente por el conjunto formado por el «flûtet» y el tamboril, también puede ser interpretada por el violin, el oboe o la espineta.
Es a este último instrumento al que oiremos en esta grabación, esta danza, debida a Pierre Attaignant, figuraba en una recopilación publicada por él en 1530.
Recordemos que el «librero» Pierre Attaignant, que vivía en la calle del Arpa, ante el extremo de la calle de los Maturins, cerca de la Iglesia de San Cosme, fue uno de los más grandes editores musicales de su época. Por lo que parece no se contentó con imprimir música, sino también fue un arreglador de primer orden, utilizando aires de danza conocidos que escribía para cuatro partes. Así reconoceremos aquí, sin problemas, una transformación de la danza «Jouyssance vous donneray» citada por Thoinot Arbeau y calcada a su vez del «tenor» de una célebre canción de Claudin de Sermisy.

DANSE REALE (anónimo, siglo XII)
Se puede hacer remontar esta danza tanto al siglo XII como al XIII. Su lugar está entre las piezas más antiguas de música específicamente instrumental que se conocen. Difiere poco de las «Estampies Réales» que la acompañan, a no ser por un número inferior de motivos.
Recordemos que el término «real» no indicaba verosímilmente una danza de corte, sino que hacia alusión a los músicos aldeanos y a su «rey».
Esta «Danza real» está interpretada por un «flageolet» (octavín de caña), pequeños timbales y cimbaletas.

BRANLE DE CHAMPAIGNE (Attaignant, siglo XVI)
Según Thoinot Arbeau, los músicos tenían la costumbre, en sus festines y fiestas, de comenzar tocando un «Branle doble», después un «Branle simple», un «Branie alegre» y finalmente los «branles» que llamaban «Branle de Borgoña», a los que algunos llamaban «Branles de Champaigne». En efecto: esta «suite» es apropiada a los tres diferentes tipos de personas: «los ancianos bailaban gravemente los Branles Dobles y Simples, los jóvenes casados bailaban los Branles Alegres y los más jóvenes danzan con ligereza los Branles de Borgoña».
El presente «Branle» se debe a Pierre Attaignant y lo escucharemos a las flautas soprano, al pequeño «flûtet», a las flautas de pico, a la mandora baja y al cromorno.

PAVANE (Attaignant, siglo XVI)
Siempre noble y lenta, la pavana se bailaba «tierra a tierra». El origen de su nombre es particularmente controvertido, ya que quizá deriva de Padova-Padua.
Thoinot Arbeau dice que se utilizaba con frecuencia como música de pompa y boato: «Sirve a los reyes, príncipes y nobles para mostrarse en algunos días de fiesta solemne con sus grandes capas y vestidos de fiesta.» Señala también que la pavana podía tocarse en los cortejos religiosos por ejemplo «cuando se va a casar frente a la santa iglesia una chica de buena familia...».
Tal podría ser, sin duda, el destino de esta «Pavana» publicada por Pierre Attaignant en una recopilación de 1529.
Está tocada por el regal, especie de pequeño órgano, cuyos tubos son reemplazados por lengüetas batientes. La sonoridad del regal era, según Praetorius, preferible a la del clave pues podía, en efecto, producir sonidos prolongados y hacerse oír «igualmente bien en un banquete que en una iglesia».

LEI GRACI DEI MEISSOUNIE («Las acciones de gracia de los segadores., anónimo provenzal)
Cuando llegaba la época de la recolección en Provenza, una multitud de trabajadores bajaban de las montañas para contratarse en las llanuras de Arles. Estas reuniones daban lugar a numerosos jolgorios en las granjas, sobre todo en las «Hogueras de San Juan». Esta tradición cristiana estaba, por otra parte, muy fuertemente teñida de paganismo.
El tema de «Gracias», tocado aquí con el «frestéu» y el tamboril de cuerda, era la plegaria tradicional de los segadores al final de la jornada de trabajo.
«Estas acciones de gracias se dicen en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Adoremos devotamente a Jesús y a María.» Las diferentes estrofas recuerdan los principales artículos de fe. Notemos los contrastes entre el recogimiento y la alegría, que hacen de esta canción una de las más notables de la tradición provenzal.

BRANLE DE CHAMPAIGNE (Pierre Phalèse, siglo XVI)
La dinastía de los Phalèse ocupa el primer lugar entre los editores de música de los Países Bajos a finales del siglo XVI y principios del XVII. Su fundador, Pierre, llamado «El viejo», nació a principios del siglo XVI y se estableció al principio en Lovaina donde publicó numerosas obras a partir de 1546. Su producción abarcó todos los géneros, incluida la música religiosa.
El «Branle de Champaigne» pertenece a una recopilación publicada en Lovaina en 1571 y posee una sencillez de tono que las recopilaciones posteriores no conocerán.
La instrumentación utiliza flautas soprano, tamboril, flautas de pico y cromorno tenor.



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Las pistas # 2, 3, 4, 8 y 9 de la cara A aparecieron en la compilación
Musique des Trouvères et Troubadours (#2, 3, 4, 23, 1)