The title (Música
Arabigo-Andaluza de la Sevilla Medieval) on the CD cover is a bit
misleading; it is not medieval arabic music from Seville, but music
derived from it as it appears now in the tunisian maluf and oriental
moaxajas. This CD was given A 5/5 rating in Goldberg.
— medieval.org
Pneuma PN-120
1997 · El Cometa, Torrelodones
1998 · Urueña
Música
Arabigo-Andaluza de la Sevilla Medieval
en la
tradición del Malúf de Túnisia y las Moaxajas
Orientales
موشح ليالي الوصل
01 - 'Las noches del encuentro' ''Laili al-wasl'',
moxaja oriental (instr.) [4:04]
laúd, bendir, cántaras, gongs, tar y ajorcas
02 - 'Consoladme' - Taqsím ºud, solo de
laúd (instr.) [2:40]
بأللّه وَادعُوني يَالبنات
03 - '¡CONSOLADME NIÑAS AL ALBA!' ''UADDAºAÚNI'',
canción tunecina [5:03]
Maluf 18, al-Rizqí · CANTO, laúd, suisen,
darbuga, pandero, tar y palmas
تعليلة الوَطية
· إزداد النّبي
04 - El nacimiento del profeta (Talilatu al-watia),
canción tunecina (instr.) [6:29]
Maluf 11, al-Rizqí · laúd, fhal, viola,
pandero con sonajas, agual y címbalos
05 - Beyati - Taqsím ºud, solo de laúd
(instr.) [2:09]
بشرف سماعي اصْبعين
06 - Bashraf samaï asbaºayn (instr.)
Obertura instrumental de la núba Asbaºayn [6:01]
laúd, darbugas, pandero, tar, címbalos y palmas
هيّو هيّو لَبنَات
07 - ¡Eh chicas! Mi corazón emocionado y dolorido' -
Canción tunecina con improvisaciones [6:23]
Maluf 25, al-Rizqí · laúdes y flauta de
caña
08 - Traje verde de washy - Taqsím ºud, solo de
laúd (instr.) [2:55]
زَارَنِي المحْبُوب
09 - 'ME VISITÓ MI AMADO' ''ZARÁNÍ
AL-MAHBÚB'', moaxaja oriental anónima en ritmo
masmudi [5:43]
maqam Hidyaz Kar · CANTO, laúd, viola, darbuga,
pandero y dos tares
وصلة من مقام الحجازكار
تعليلة العَروسَة
10 - La chica soltera (Talilatu al-arúsa),
canción tunecina (instr.) [2:47]
Maluf 11, al-Rizqí · fhal, darbuga y palmas
قعدوهَا في بيت بوهَا
بشرف سماعي سيكاه
11 - Bashraf samai sika (instr.) Obertura
instrumental de la núba Síka [6:37]
ritmo samai taqil 10/8, Harbi samaï dárij 6/8 •
Malúf
laúd, fhal, naqarát, darbuga, pandero, tar, t'nachen,
qaraquebs, címbalos y palmas
12 - El alba - Taqsím ºud, solo de laúd
(instr.) [2:47]
13 - Nana Andalusi ''Ninni, Ninni, jáhanum'',
Canción de cuna tradicional andalusi de Túnez
(instr.) [3:01]
canción de cuna tradicional andalusí de Túnez,
ritmo taqíl, modo ráhawi
nay, viola y pandero
14 - 'Despedidme' - Taqsím ºud, solo de
laúd(instr.) [2:47]
MÚSICA ANTIGUA
Eduardo Paniagua
Wafik Sheik
ºud (laúd), suisen, viola, darbuga. tar y palmas
Jamila Ghalmi
canto y palmas
Luis Delgado
cántaras, naqarat, darbuga, panderos, tar, qaraqebs y palmas
Eduardo Paniagua
fhal (qasba), nay, flauta de caña, bendir, pandero, agual,
tar, gongs, címbalos, qaraqebs, ajorcas y palmas
JARDÍN DE
AL-ANDALUS
"Cuando la brisa toca el
jardín uno se imagina que sus ramas son danzarinas
que se balancean en trajes verdes de washy* y telas listadas del Yemen".
Husám al-Dawla Ibn Razín
*(figuras rameadas)
La España musulmana desarrolló la poesía, la
música y la danza de una forma extraordinaria con respecto a los
demás paises islámicos contemporáneos. Tomó
características tan peculiares que se independizó de su
impregnación oriental en la época de Ziryab, siglo IX,
llegando a exportar su propia música, dejando sentir su
influencia en Oriente con las moaxajas, y en el Magreb con la
núbas, mucho antes de la emigración de andalusíes
después de las expulsiones de moros en 1492 y de moriscos en
1609.
Se cuenta que fue Sevilla el lugar donde proliferaban más
músicos, aunque los hubo en todas la ciudades, pues el
territorio de al-Andalus estaba florecido de cantores, poetas,
tañedores y danzarines que adornaban cualquier fiesta religiosa
o social: bodas, nacimientos, circuncisiones, alboradas, labores del
campo, actividades artesanales, fiestas de la aristocracia y de la
corte. Para toda actividad había un poema, un canto, una
música. En el silo XI todos los reyes de Taifas tuvieron sus
"sítaras" - orquesta de músicos y cantores -, y las
esclavas cantoras llegaron a tener un altísimo precio, que
contribuían al prestigio de su protector.
UNA NOCHE EN
AL-ANDALUS
"Ella cantaba y el tintineo de sus
joyas le respondía
cuando se cimbreaba en su traje de washy y sus collares".
Ibn al-Zaqqáq (siglo XI)
Un retrato del ambiente musical de las ciudades andaluzas nos lo da
Ahmed ben Mohamed El Yemeníi en su crónica llamada
"Hadiqat alafrach", traducida en 1927 por Julián Ribera.
Enfermó en Málaga en el año 1015, y
permanecía en la cama quejándose del desasosiego que le
producía el incesante ruido de canciones, laúdes y otros
instrumentos. Pero... "Una noche despertéme, después
de conciliar un rato el sueño, y noté que todo aquel
tumulto de voces odiosas se había calmado y habían cesado
las tocatas turbulentas, y únicamente se oía una
música leve, suave, bonita. Sentí como si mi alma
estuviera familiarizada con esa música y como si con ella
reposara, sin experimentar la repugnancia que hacía las otras
sentía; pero no era voz humana, sino música instrumental
muy suave. Luego comenzó a oírse tocar un poco más
fuerte, subiendo lenta y gradualmente en intensidad mayor. Mi alma
sintióse atraída y mi oído inclinado y dispuesto a
escuchar, hasta que llegó a tocar con fuerza tan extremada que
no se podía más. Me puse alegre y olvidé el mal y,
de tal modo me sentí gozoso y emocionado que llegué a
imaginar que el piso de la habitación se levantaba conmigo y que
las paredes se movían alrededor.
...¿En qué parará esa música? Apenas
había dicho esto cuando comenzó a cantar una mujer unos
versos con voz clarísima y dulce. Ya no pude contenerme; me
levanté de la cama, dejando a mis dos compañeros
durmiendo; abrí la puerta de mi cuarto y, siguiendo la
dirección de la voz que yo sentía de cerca llegué
a un punto central de la casa, desde el que podía atalayarse la
vecina, muy espaciosa, y contemplé en medio de ella un gran
jardín, y en medio del jardín una reunión de
veinte personas aproximadamente, allí congregadas para beber.
Estaban todas en fila, teniendo delante licores, frutas o dulces. En
ese círculo había varias esclavas tañedoras de
laúdes y tombures y otros instrumentos tales como flautas. La
esclava cantora estaba sentada aparte y tenía el laúd en
su seno, y todos los presentes la miraban embelesados,
escuchándola atentamente. Ella tocaba y tocaba, y yo, de pie,
allí, en punto desde el que yo les veía y ellos no me
veían. Cuando cantaba un verso, yo lo aprendía de
memoria, hasta que cantó un cierto número de versos".
A la mañana siguiente, sano de sufrimientos y enfermedades
recitó los versos a un amigo Ulema que, sonriendo, le dijo: "Es
la casa del ministro y la esclava es de Bagdad, una de las mejores
cantoras de Almanzor, que vino a Málaga cuando este
murió. Los versos son del poeta español Mohamed ben
Carloman".
Sevilla, foco de la poesía y la música, disputaba con
otras ciudades, provocando la célebre frase, recogida en las
"Analectas" de al-Maqqarí, que dijo Averroes (lbn Rushd)
cordobés a Avenzoar (lbn Zuhr) sevillano, en una
discusión sobre las excelencias de sus respectivas patrias: "No
sé por qué será que si se muere un sabio en
Sevilla, llevan los libros a vender a Córdoba; y si en
Córdoba muere un músico, sus instrumentos se venden en
Sevilla".
CANTOS CLASICOS DE
TÚNEZ Y MEDIO-ORIENTE
"Cuando afinaba las cuerdas del
laúd con el toque de su plectro y cantaba los amores de un
amante,
con su mano derecha acuchillaba mi corazón y con la izquierda
enumeraba mis pecados".
Abú-l-Walíd al-Nahlí
MOAXAJAS
Literalmente bordar, ornamentar, lo que en un collar enlaza una perla
con otra, las moaxajas son poemas nacidos en al-Andalus, inventadas por
el ciego Mocadem ben Moafa de Cabra (Córdoba) que vivió
entre los años 840 y 920. Se trata de un nuevo tipo de
canción de forma libre, rima y medida variable, que se
oponía a la qasida clásica, construida rigurosamente con
versos largos monorrimos. Las moaxajas están sujetas a la pauta
de un estribillo popular (mudanza, vuelta), base y esencia de la
composición, y cuando está cantada en romance o en idioma
dialectal se convierte en un zéjel. No quieren ser grandes obras
clásicas, sino obras vivas, producción menor de talentos
exquisitos que utilizaban la retórica de la poesía
árabe para expresar las emociones amorosas y otros temas
ocasionales.
La moaxaja se difundió rápidamente debido al
vínculo constante de viajeros y peregrinos entre Oriente y
al-Andalus. Lo atestiguan las colecciones redactadas a partir de siglo
XII. El egipcio Ibn Saná' al-Mulk (1155-1211) teoriza que la
moaxaja viene definida más por su música, que la
condiciona, que por el contenido poético. En su antología
une poemas de al-Andalus con otros del Magreb, añadiendo sus
propias composiciones inspiradas sobre esos modelos. Ibn Quzman
(1086-1160) se enorgullecía de que sus zéjeles se
podían oír en Bagdad a los tres meses de componerlos, y
con más frecuencia que en Andalucía. La forma moaxaja
desde entonces se ha cultivado en Oriente hasta nuestros días,
siempre reivindicada como símbolo de la herencia
andalusí, perteneciendo al arte culto, entrando en la estructura
de la Núba y la Wasla de Oriente Próximo.
MALUF
La música andalusí en Túnez se denomina maluf, que
literalmente significa tradicional, habitual. Esta se remonta al siglo
XIII, cuando a medida que los reyes cristianos conquistaban el sur de
España, tuvo lugar un éxodo masivo de los
andalusíes que no fueron a Granada, instalándose en
Tlemcén los procedentes de Córdoba, en Fez los de
Valencia y en Túnez los de Sevilla. Así pues el maluf que
nos ha llegado tradicionalmente es la síntesis de: el patrimonio
musical de la propia región de Ifriquiya con el influjo que
dejó Ziryab en el año 803, cuando se estableció en
Cairuán, capital de los Aglabíes, durante su viaje de
Bagdad a Córdoba; de las herencias andalusíes
traídas en el siglo XIII durante el reino de los Hafsíes,
y por la segunda emigración andalusí causada por la
caída de Granada en 1492; y la influencia turca que
convirtió a Túnez en 1574 en una provincia otomana.
Según Mahmoud Guettat en su libro "La Música
Clásica del Magreb", París 1980, el repertorio de la
núbas tunecinas fue estructurado por el Bey Muhammed al-Rashid
(1711-1759), melómano, laudista y violinista que abdicó
del trono subyugado por la música, para dedicarse totalmente a
ella. Fue quien introdujo las oberturas instrumentales de
inspiración turca como los Bashraf y Samái, codificados
hacia el siglo XV. El Bashraf se compone de dos partes, la primera un
movimiento lento o moderado, y la segunda llamada "harbí" a
rápido ritmo ternario.
Respecto a la música de las fiestas familiares, Mohamed
al-Sádiq al-Rizqí (1874-1938) recopiló en su
manuscrito "Al-agháni al-túnisiyya" (canciones
tunecinas), treinta canciones producto de una vida social, literaria,
artística y folklórica heredera del mundo
andalusí. El manuscrito original confiado al barón
D'Erlanger (m. 1931) se perdió, encontrándose una copia
realizada por Mustafá Bushúsha, publicándose en
1967. Estas canciones sobre aspectos cotidianos de la vida social, arte
colectivo, estaban compuestas como actividad secundaria de los
músicos que previamente ejercían como artesanos unidos a
corporaciones y cofradías de la sociedad tradicional.
INSTRUMENTOS Y
AFINACIÓN
El laúd, instrumento rey del mundo árabe, es el principal
protagonista de esta grabación, estando acompañado de las
flautas, la viola y los variados instrumentos de percusión
ligados a la danza.
Nuestro oído educado por el temperamento musical corre el riesgo
de apreciar como desafinada la música árabe que se aleje
de los modos que comparte con la música occidental. La
música oriental, y aquella magrebí influenciada por la
otomana, tiene la exquisita sensibilidad de interpretar y apreciar los
cuartos de tono, y con ellos afectar al espíritu humano en sus
humores, realzando sus aspectos terapéuticos: la
melancolía, la tristeza, la alegría, la exaltación
o el éxtasis.