medieval.org
pneumapaniagua.es
Pneuma PN-430
enero de 2002
Palacio Mulay Hfid, Tanger
01 - Improvisación modo r-Rásd (taqsím tab'
r-Rásd) [1:57]
‘úd solo
02 - Sanºa instrumental, btáyhí r-Rásd
[2:16]
'Lawláka
má himtu waydá'
‘úd,
darbuka, tár
03 - Interludio en modo r-Rásd [0:46]
‘úd solo
04 - Preludio, twíshya quddám r-Rásd [2:52]
‘úd, darbúka, zarb
05 - Muwwál modo Síka [9:49]
'Laqad sára
qalbi', Mi corazón adopta todas las formas (ibn
ºArabí)
‘úd
· canto: Said Belcadi
06 - Improvisación modo Hiyáz Kabír
[2:42]
taqsím tab'
Hiyáz Kabír ·
‘úd
solo
07 - San'a instrumental, bsít Hiyáz Kabír
[1:24]
'Tará l-lawza y
qála lí sáhib'
‘úd solo
08 - Improvisación modo Mezmún [4:47]
(taqsím tab'
Mezmúm) · ‘úd solo
09 - Sanºa instrumental, qá'im wa-nisf al-Istihlál
[2:57]
'Al waslu yá
mahláh'
‘úd solo
10 - Muwwál modo z-Zerga [7:31]
casida 'El
perdón' (Sídí Qaddúr l-'Alami)
‘úd
· canto: Hassan Ajyar
11 - Preludio, twíshya [1:05]
Núba al-Isbihán
‘úd,
zarb, tár
12 - Improvisación modo Raml l-Máya [2:05]
taqsím tab' Raml
l-Máya · ‘úd
'arbí
13 - Sanºa instrumental, qá'im wa-nisf al-Isbihán
[4:53]
'Má hlá
r-rahíq'
rabab, zarb,
‘úd ‘arbí · canto: Omar Metioui
14 - 'La Fuente del Amor Secreto' [12:21]
casida 'El
perdón' (Sídí Qaddúr l-'Alami)
canto: Said Belcadi,
‘úd, qanún, nay, rabab, zarb y fuqáras
de la cofradía al-Shushtarí
Omar Metioui: ‘úd (laúd),
‘úd ‘arbí (laúd tunecino) y canto
(13)
Said Belcadi: canto (5 y 14), tár (11) y darbuka
(2 y 4)
Hassan Ajyar: canto (10) y coro
Eduardo Paniagua: qanún (14)
David Mayoral: zarb (4, 11, 13 y 14)
Ahmed Al Gazi: rabab (13 y 14)
Noureddine Acha: nay (14)
Abdesselam El Amrani Boukhobza: tár (2) y
fuqárá (14)
Said El Ouerdighi, El Kabir Touihar, Mountasser Touihar, Mohammed
Dahdouh, Abdelaziz Dahdouh: fuqárá (respiración
sonora)
HISTORIA DE DOS PUEBLOS
La música arábigo-andaluza es el resultado de la
unión entre la música árabe proveniente de
Oriente, la música afro-bereber del Magreb y la música
practicada en la península Ibérica antes del año
711, fecha en la que Tariq Ibn Ziyád atravesó el estrecho
de Gibraltar para conquistar España.
En efecto, esta región, mezcla de numerosas civilizaciones, dio
lugar a una eclosión sin precedentes de un arte musical que
conocerá un fulgurante desarrollo durante mas de ocho siglos
tanto en Al-Andalus como en el Magreb. Después de la
expulsión de los moriscos de España en 1609 y su
éxodo masivo al Magreb, este arte perduró gracias al
interés de los hispano-árabes. La música
andalusí ha dejado impronta indeleble en el variado folklore y
el imaginario popular español, entre otros influyendo en el
nacimiento del cante tradicional andaluz llamado
“flamenco”. Mientras tanto, el Magreb fue su único
refugio, defensor y continuador de esta tradición musical hasta
el presente.
HISTORIA RECIENTE DE UN INSTRUMENTO QUE HA REUNIDO A VARIOS PUEBLOS
El laúd, rey de los instrumentos del mundo árabe,
continúa ocupando un lugar preferente en la tradición
musical arábigo-andaluza. Instrumento base de la música
culta, tuvo sus comienzos en los géneros populares.
En Oriente la importante evolución reciente del laúd es
iniciada por el turco Muhyi d-Dín Haydar, maestro de los
laudistas iraquíes de renombre internacional: Munir Bachir, su
hermano Jamil muerto precozmente en 1977 y Salman Choukr. Con Munir
Bachir el laúd fue elevado al rango de instrumento solista
gracias al recital que ofreció en el Museo de
Etnomusicología de Ginebra, bajo la invitación de
Simón Jargy. La grabación de este concierto y su
difusión en Europa tuvo un impacto decisivo para el futuro del
laúd. Hoy en día, el iraquí Nassir Shamma ha
tomado el relevo como maestro en Túnez y Egipto de nuevas
técnicas del laúd. Respecto a esta escuela, que ha
influido en gran parte de la tendencia actual, quisiera hacer alguna
observaciones críticas. En primer lugar, la sonoridad del
laúd ha sido modificada por los cambios realizados en el
instrumento. Sin entrar en grandes detalles, el resultado de estas
alteraciones acercan el timbre del laúd al de la guitarra. Por
otro lado, el desarrollo de un “juego” vertical de las
cuerdas que insisten en los acordes de terceras, quintas y octavas,
así como el uso de cuerdas simultáneas y la
adopción de repertorio clásico occidental, alejan al
músico especialista del arte de la “modalidad” para
encaminarle en el mundo sonoro de la “tonalidad”. La
técnica del plectro en el ataque de las cuerdas (zand) se
ha vuelto blando, dando un discurso musical menos acentuado,
ininteligible, sin fuerza expresiva y que se pierde en la
recitación.
En Turquía, durante siglos el laúd ha sido soslayado en
beneficio del tanbur, instrumento de cuerdas metálicas y de
mástil largo. Al principio del siglo XX aparecieron grandes
virtuosos del laúd que revolucionaron la técnica de
interpretación, como: Yorgo Bakanos, Cinucen Tonikorur y Ud
Hrant.
En Irán algunas formaciones tímidamente comienzan de
nuevo a integrar el laúd.
En Egipto intérpretes y compositores del siglo XX como Mohamed
Kasabji, Mohamed Abdelowahab, Riad Sunbati y Farid al-Atrache han
tenido gran influencia sobre las masas populares árabes y se han
impuesto como maestros absolutos del laúd, creando escuela.
Farid al-Atrache arrancó exclamaciones de entusiasmo (Allah,
Yá-lil, Ya-ín) del pecho de cientos de espectadores
en los momentos mágicos de sus fulminantes e innovadoras
improvisaciones (taqásim).
En el estilo del laúd oriental, en Marruecos destaca en los
años 60 el compositor y virtuoso Ahmad Al-Baydaoui.
Por otro lado Magreb tiene la particularidad de haber salvaguardado,
gracias al proceso de la transmisión oral, un corpus
clásico de música tradicional culta que tiene su origen
en el siglo VII en la época de la islamización del Norte
de África y de Al-Andalus.
Este edificio musical tendrá una evolución diferente a la
de la música oriental, que ha sufrido la influencia de otras
civilizaciones, concretamente la persa y la turca. Se pueden resumir
brevemente la especificidad de la música arábigo-andaluza
en los siguientes puntos: el desarrollo de un acercamiento
místico a través del concepto del modo (tab’),
el predominio del sistema diatónico, el canto según la núba
y la preeminencia del ritmo musical sobre la métrica
poética.
A decir verdad, en el Magreb actual asistimos a la coexistencia de dos
tendencias divergentes. De una parte los adeptos del arte tradicional
luchan por su preservación y difusión. Por otro lado, los
innovadores apoyan el modelo de la escuela egipcia tratando de integrar
en sus nuevas composiciones los elementos del lenguaje musical propio
de su región.
En el repertorio de la música andalusí-magrebí los
tradicionalistas continúan la práctica de laudes
arábigo-andaluces como la kwítra de Argel y
Tlemcen, el ‘úd ‘arbí de Túnez y
Constantina, paralelamente al ‘úd sharqí (oriental).
Virtuosos tradicionalistas como Khamis Tarnan de Túnez, o la
familia Fergani de Constantina, en lo que concierne al ‘úd
‘arbí tunecino, maestro Bahhar de Argel por la kwítra,
los maestros Ahmed Sháf´i y Mohamed Ben l-Arbi Temsamani
de Marruecos por el ‘úd sharqí tocado con estilo
andalusí-magrebí, han pasado desapercibidos.
Así pues, en nuestros países del Magreb tenemos un
urgente cometido; hace falta devolver al arte tradicional el lugar que
le corresponde en nuestra sociedad ansiosa de modernidad.
También es necesario cambiar la actitud de los músicos
orientales, impermeables a la cultura musical del Occidente
musulmán. Hoy día, a través del mundo, numerosos
instrumentistas árabes, turcos y occidentales intentan ampliar
las posibilidades del instrumento, tanto en el campo de la
ejecución musical como en el su fabricación.
Paralelamente reflexiones e investigaciones científicas
comienzan a nacer tanto en Occidente como en los países
musulmanes. Nos alegramos de esta apertura y esperamos ver que
cada nación árabe da una personalidad original al
laúd, ya que la riqueza está en la diversidad.
EL ARTE DE LA IMPROVISACIÓN
La improvisación, a mi entender, es para la música el
equivalente a lo que la poesía tiene frente a la prosa. Es una
forma condensada de expresar las ideas. Requiere evitar un discurso
reiterativo y crear constantemente un efecto sorpresa. La
improvisación da nueva vida a una obra sin llegar a destruirla.
Es una técnica que se adquiere gracias a los métodos
tradicionales de enseñanza. En efecto, desde el primer contacto
con la música, el aprendiz debe impregnarse del canto, el ritmo
y la técnica instrumental para poder desarrollar una memoria
multidireccional. Sobre todo no debe proceder a la parcelación
de las materias musicales propiciadas por los métodos
clásicos occidentales. No se debe olvidar someter el arte de la
improvisación a esquemas y reglas impuestas por las
características del modo musical (tab’), ligadas a
la escala modal con sus intervalos propios y a la influencia
psicofisiológica que tiene sobre el espíritu humano.
Todo esto se consigue, a partir de los elementos citados, respetando
con rigor las reglas y la estética establecida por la
tradición, creando esta atmósfera específica del
modo (tab’ / maqám). Esta clave permite diferenciar
un trabajo fiel a la legítima tradición de entre las
múltiples tendencias de la moda, que quieren escapar a toda
regla para hacer fácil el duro aprendizaje, dando libre curso a
sus fantasías. En este último caso, la
improvisación se transforma en anarquía. La música
es un arte noble, profundo y sublime. No debe sembrar el desorden sino
que debe ayudarnos a encontrar el equilibrio y elevar nuestra alma y
espíritu. Lo contrario deviene en perversión.
OMAR METIOUI
Traducción: E. Paniagua