III. El Samá‘ y la civilización de Al-Andalus


Ritual Sufí-andalusí  /  Omar Metioui · Mohamed Mehdi Temsamani










"El verdadero renacimiento de Europa no empezó en Italia en el siglo XVI, sino en España en el siglo XIII".
— Roger Garaudy



La grabación de un disco de ritualidad mística procedente de los dos lados del estrecho de Gibraltar (Yabal Táriq), tiene como objeto sensibilizar al mundo occidental sobre la riqueza del patrimonio cultural que emana de una época en la cual la civilización arábigo-islámica relumbraba en los horizontes. En aquel entonces Al-Andalus simbolizaba la tolerancia, la coexistencia, amén de desempeñar un papel primordial de simbiosis y coherencia entre las tres grandes culturas. Musulmanes, cristianos y judíos vivían en paz con un respeto mutuo y en un ambiente de cooperación fructuosa, como viene en el dictamen de Sigrid Hunke: "Las realizaciones de la famosa civilización arábigo-islámica han ganada, paulatinamente, el resto de Europa y dieron Lugar a una era nueva en la civilización occidental" (Le soleil d'Allah brille sur 'Occident).

Vivimos un momento como para que los historiadores juzguen el valor de la aportación de los musulmanes en la zona meridional del universo occidental.

Me gustaría sensibilizar a los musicólogos partidarios de la tesis defensora de la pérdida del patrimonio musical andalusí, a descubrir la vigencia de dicho patrimonio como vino corroborando el musicólogo y arabista Julián Ribera y Tarragó. Al-Andalus salvaguardó su música con toda su belleza, expresividad y hondura. La transcripción gráfica del solfeo o neumas no representa gran interés en la cultura musical en el mundo islámico. Los amantes de la música andalusí transmitían la tradicíón oral, este arte de cantar y tañer de generación en generación. Las guerras fratricidas pueden destruir obras arquitectónicas, manuscritos, leyes, etc, pero nunca, pueden borrar la memoria viva de un pueblo. El catedrático en musicología de la Sorbona, Jacques Challey nos enseña en su libro 40.000 años de Música que: "Las músicas de las demás civilizaciones dejan de aparecernos como pruebas de barbarie o singularidades de operas cómicas...".

El presente trabajo es de una especial importancia, puesto que los textos cantados pertenecen al gran místico y poeta al-Shustarí, originario de Guadix, Granada siglo XIII.

Junto a las creaciones de los nuevos géneros poéticos Muwashshah y Zéjel, el repertorio de las Núbas, así como el del Samá‘, testimonian una gran civilización que supo mantener el equilibrio entre los mundos materiales y espirituales.

Los monumentos de Andalucía: la Alhambra del último reino nazarí en Granada, la Mezquita de los califatos cordobeses, la Giralda de los Almorábides, y el palacio del Rey poeta al-Mu‘tamid (Reales Alcázares) de Sevilla, y la Aljafería de Zaragoza etc, fueron víctimas de la indiferencia y estuvieron sujetos a unas desfiguraciones arquitectónicas criticadas incluso por el propio Carlos V.

La sociedad actual tiende hacía la tolerancia cultural, pero los conceptos del segregacionismo y el rechazo a lo ajeno quedan anclados en su subconsciente. Na cabe duda de que la conquista del Occidente por el Islám no fue el resultado de una conquista brutal, sino de una revolución cultural.

Mi agradecimiento al pueblo andaluz que acoge favorablemente la música andalusí como paste de su patrimonio, ofreciendo bellas melodías, nuevos instrumentos con nuevas técnicas de tañer y estilos rigurosos de indudable calidad estética, nuevos géneros poéticos creados en la tierra de Al-Andalus y, sobre todo, nuevas sensaciones emocionales









Ritual Sufí-Andalusí
"El Samá‘ es el impacto del cálamo sobre el libro de la existencia".
Ibn 'Arabí


Proponer al público la grabación de una ceremonia de música sagrada (Samá‘) plantea dos tipos de problemas acerca de los límites técnicos de la operación y de sus finalidades. Gracias al C.D. se logran todas las sutilezas acústico-musicales. Sin embargo, manifiesta debilidades para captar el ambiente y las relaciones interpersonales que se instauran durante una ceremonia en que las estimulaciones cinéticas, viauales, olfativas y gustativas desempeñan un papel tan importante como la música misma.

La Zawya de nuestro Sheij pertenece a la vía (taríqa) Kttániyya, que tiene un origen común con la mayoría de las demás cofradías magrebíes. Está situada en la calle Holanda de Tánger y todos las días los creyentes pueden rezar en ella como en cualquier mezquita. El repertorio de Samá‘ de los Kttániyyín no se basa sobre los instrumentos musicales. En la ‘Imára (danza mística) tampoco intervienen las percusiones, excepto algunas palmadas del Sheij para designar un cambio de ritmo o llamar a los fuqárá a mantener la disciplina. Sin embargo en la Zawya al-Harráqiyya de Tetuán el uso de los instrumentos y de las percusiones es muy apreciado. La ceremonia de Samá‘ se presenta después de salát al-‘ishá' es decir, de la última oración del día.

Así, para no adulterar este subgénero llamado Samá‘ trataremos de presentar nuestro disco respetando las distintas fuentes, tanto expresivas como estéticas, traduciendo fielmente los sentimientos que esta música proyecta. El proceso que hemos seguido en nuestro compacto es el siguiente:

1/. al-Adhán tiene como finalidad adentrar al oyente en el corazón palpitante del mundo islámico. La partición estereofónica o el panorámico dado a este preludio, describe la situación de los distintos almuédanos en el momento de llamar al rezo desde la cima de los alminaretes en las innumerables mezquitas de las metrópolis del Islam. Las distintas modulaciones empleadas en el Adhán son Raml al-Máya, al-Hiyáz al-Kabír, así como una declamación que mantiene en pedal la tónica del modo dominante, es decir Re (que en este caso es Sol, ya que la afinación está a dos tonos y medio del diapasón). El sonido de los pájaros nos recuerda el aire libre del cielo, donde suele estar el almuédano.

2/. La lectura del Corán, súra al Fátiha, constituye la primera Súra del Corán. Esta se compone de siete versículos nombrados 'Umn al-Kitáb (literalmente: madre del libro) porque resumen los preceptos fundamentales del Islam. La salmodia del Corán tiene una repercusión muy marcada en el corazón del musulmán, porque le permite acercarse a Dios.

3/. as-Salátu t-Táziyya. Es una oración sobre el profeta Muhammad y sus compañeros. En general, los fuqárá de las cofradías, después de la plegaria, recitan el "Wird del Sheij de la taríqa" que consiste en la lectura en grupo del hizb (parte del Corán) de manera ordenada, en que repiten un número determinado de los noventa y nueve nombres de Allah (yalála), piden su perdón (istigfár) y rezan sobre el Profeta y sus Compañeros. Después de esta breve introducción empieza el tema de

4/. La Yalála en el modo Raml l-Máya. La temática de la Yalála consiste en evocar el nombre de Allah cantando rítmicamente. El Sheij tiene la posibilidad de eligir los versos que la acompañan, la única restricción es la de respetar la métrica necesitada, en este caso "tawíl", (largo).

5/. y 6/. Luego encadenamos con dos composiciones (dawurs) que tienen una estructura similar a la de una canción san‘a del repertorio andalusí de las Núbas (referencia Núba al-Istihlál del grupo Ibn Báya).

7/. El Muwwál es un canto libre con acompañamiento . No tiene ni ritmo ni reglas preestablecidas, permite al solista (Munshid) expresar sus sentimientos con libertad y presentar una idea clara sobre el modo (tab‘). Sin embargo, solo los maestros aciertan dar una dimensión original a este canto que requiere del intérprete un conocirniento profundo del "tab‘".

8/. El movimiento Raml l-Máya culmina en una frase con ritmo rápido (insiráf del mízan bsít 3/4).

9/. La segunda parte empieza con un solo de Laúd (Taqsím ‘Úd) sobre el modo de al-Isbihán. Es una forma libre de improvisación, sin medida, que permite al oyente descubrir el ambiente del "tab‘".

10/. El Inshád es una forma secular que ha permitido preservar los "tubú‘" (plural de "tab‘"). Se basa sobre una melodía fija y una expresión dada. En este caso, la improvisación está reducida a lo mínimo porque se trata de mantener las frases originates que llevan en sus notas huellas del modo.

11/. al-Hamziyya. Es un largo poema panegírico de al-Busayrí (siglo XIII) que se canta en la Zawya Harráqiyya de Tetuán. Hemos sustituido el texto original de al-Busayrí por uno de al-Shustarí.

12/. Dawr A Ayni Lázimi s-Sahar,. Es un trozo que tiene la estructura de una san‘a de siete versos (Kursí son el primero y el sexto versos cuyas melodías son distintas de los demás versos). El Kursí está cantardo por la voz del venerable Sheij así como la san‘a nº 5 (Wa Man Ma‘ahu L-mahbúbu).

13/. El segundo Muwwál sirve de puente entre los movimientos adagio y moderato de esta secuencia. En efecto, el muwwál desempeña tres papeles importantes. En primer lugar, relaja al oyente, después del intenso canto del coro. En segundo lugar, ofrece la oportunidad al solista (Munshid) de exhibir su talento.

Y, finalmente, es una manera eficaz que permite al maestro de Samá‘ cambiar el tab‘, la cadencia rítmica (mízán) o la afinación. No cabe duda de que el muwwál es la parte más deseada por el faqír porque le permite delectar la belleza del solista y la hermosura textual. Este segundo muwwál empieza nono! "tab‘ Zerga" que no se utiliza en el repertorio de las Núbas de tradición andalusí-marroquí. Sin embargo, lo encontramos en el repertorio de las zawyas y las canciones populares de la comunidad sefardí de Marruecos. A continuación se presenta un solo de laúd que sirve como fase previa al munshid para emprender su segunda frase en tab‘ al-Isbihán, que vincula con la paste sigqiente del mismo modo.

14/. Este movimiento empieza con la fase moderato de mízán (ritmo) Dary Haddáry (4/4), es decir, el ritmo más usado de la Zawya.

15/16/17/18/. El ritmo sigue crescendo durante estas san‘as hasta llegar a su fase final con la última san‘a (qafla 2/2 o C).

19/. Hemos reservado la cuarta parte de esta grabación a la ‘Imára o danza mística. Esta parte majestuosa de la ceremonia se interpreta para los amantes y adeptos de este género artístico-religioso después de la cena en la Zawya Kttániyya de Tánger. Dermenghem en su obra "Le Culte Des Saints" (El Culto De Los Santos) describe con maravilla esta fase sublime del Samá‘:

"Los hermanos constituyen un círculo, los ojos cerrados, de pie al uno a lado de otro, mano en mano y al centro un cofrade enmarca la cadencia dando palmadas y girando sobre sí mismo, vigilando todos los miembros para que queden en buen orden y marcando el fin de la ceremonia cuando la fatiga y el desorden se muestran amenazantes. Se instalan, al centro, dos cantantes (musammi'ín) que cantan poemas místicos dignificando a Dios y elogiando a su Profeta.

El ritmo va creciendo, paulatinamente, basta que la palabra Allah se convierte en Lah, Ha, H, y el sonido no sale más que de la garganta. Luego se nota una especie de éxtasis generalizada, en que los cuerpos de las cantantes suben y bajan sin que sus piernas se muevan, y el soplo de los corazones saldría como si fuera el chirrido de una sierra gigante. Con los ojos aún cerrados, los rostros expresan un sentimiento ambivalente de dolor y felicidad".


El Tbel (tambor) da ritmo ayuda a los danzantes místicos a adentrarse en una larga meditación y en una fase de amalgamiento completo con la divinidad. Este ambiente casi sobrenatural crea un diálogo vertiginoso en mitad del estruendoso ruido del Tbel y la sonora respiración pulmonar de los fuqárá. Según el gran místico al-Gazalí, el proceso que nos lleva a estados sobrenaturales, se compone de tres etapas. Aunque es un tema apasionante, no disponemos de espacio para explicar detalladamente los fenómenos psico-fisiológicos de la respiración, las revelaciones esotéricas al estado de éxtasis o trance, etc.

El repertorio presentado en una ceremonia ordinaria de la ‘Imára siempre es improvisado. Es un momento propicio para que el Sheij libere sus inspiraciones poéticas. Gracias a este proceso nos ha llegado el famoso poema el Mathnawí Mawlawí del eminente místico Mawlána Jalál al-Dín al-Rúmí (Balj 1207, Konia 1273). Esta "inmensa rapsodia mística persa" (como la califica Henry Corbin) se compone de cincuenta mil versos místicos que uno de los derviches transcribió simultáneamente, en el momento en que el maestro estaba en pleno éxtasis. Sobre el origen divino de la música, ha escrito los versos siguientes:

"La queja del Náy (flauta) y el batir del tambor
Se asemejan al Náqúr (trompa) universal
Por eso los sabios ban dicho que estas melodías
Los hemos cogido de la rotación de las esferas
Es el sonido del movimiento de las esferas que los hombres
hacen resonar sobre el Laúd (tanbúr) y el tamboril".


Mawláná · Música y Éxtasis, Jean During.

Cuando la ‘Imára alcanza su estado de evolución culminante, el Sheij pronuncia el último tema de la Yalála (34) y acaba con la frase siguiente: Muhammadun Rasúlu L-láh / Muhammad el profeta de Allah. Luego, todos los fuqárá vuelven a la posición inicial, es decir, sentados en el suelo, las piernas cruzadas, cabizbajos y con el corazón palpitante de felicidad mística. Un silencio angélico se respeta a fin de que el lector (muqri) haga resonar la belleza de su voz y clausurar la ceremonia con la salmodia del Corán (35).

Dedicado mi madre
Omar Metioui · Director Musical