I. Biografía de Al-Shustarí, 1212-1269


Ritual Sufí-andalusí  /  Omar Metioui · Mohamed Mehdi Temsamani










El poeta andalusí al-Shustarí nació en Shustar, aldea de Guadix (Granada), hacia 1212 y falleció en Tína, ciudad Egipto en 1269. Fue uno de los discípulos de Ibn Sab‘in. Al-Shustarí pertenecía a la nobleza, conocida por sus ligaduras al poder, pero eligió la vida mística prefiriéndola a los bienes materiales; por eso, se dedicó en cuerpo y alma al amor de Dios.

Al dejar Al-Andalus se detuvo esporádicamente en algunas ciudades de África del Norte, Marruecos, Argelia, Túnez y Libia. Más tarde se estableció en la región del Oriente Media: Egipto y Siria. Aprendió el Corán desde su infancia y se interesó, al mismo tiempo, por la jurisprudencia musulmana, por los preceptos del profeta Muhammad, y por la sabiduría (hikma). Su primera inclinación mística fue la de un gran místico de Al-Andalus, Abú Madyan (m. 1197).

Su vida cambió radicalmente a encontrarse en Bugía con Ibn Sab‘n (Murcia 1217/Meca 1269), filósofo místico y peripatético, que Ibn Khaldún (1332-1406) consideraba como un adepto de Ibn ‘Arabí, fundador del concepto univocidad del ser y de la existencia. Al-Shustarí fue uno de sus más fieles discípulos, calificándose como imán de las almas y considerándose como su esclavo. Ibn Sab‘in se suicidó cruelmente a la manera estoica abriendo las venas de su muñeca. Este filósofo obsesionado por la divinidad consideraba este acto como la única y definitiva posibilidad de acercarse a Dios y, a la vez, alejarse de un mundo que le era hostil.

Ibn Sab‘in antes de admitirle como discípulo le dijo: "Si buscas el paraíso vete con Abú Madyan, pero si deseas aproximarte al Señor del paraíso, sígueme a mí". Al-Shustarífue transformado por el vestido iniciático y, en consecuencia, emprendió una   serie de viajes, pasando de una feria a otra, en las que bailaba y cantaba versos,

"He comenzado por invocar al Amado,
me he enamorado y grata es mi vida".

Al-Shustarí se convirtió en trovador ambulante, y durante sus representaciones cantaba canciones acompañado un instrumento de percusión "Bendir" (pandero) y de un coro de discípulos que le acompañaba a la manera del itinerante (meddáh).

Embebido de la enseñanza de su maestro, al-Shustarí explotó la vía del misticismo que, gracias al genio de Ibn ‘Arabí, alcanzó tan alto grado de elaboración gnóstica bajo forma de amplias formulaciones sincréticas. Estas últimas tenían una finalidad orientada hacia el amor natural y sobrenatural, en que toda distinción y determinación se borran, y anunciaba la univocidad existencialista del ser: "Mi corazón es capaz de tomar distintas formas: es el claustro del monje cristiano, un templo de ídolos, una pradera para las gacelas, la "Ka'ba" del peregrino, las tablas de las leyes mosaicas, el Corán ... mi creo es amor; de cualquier dirección que se vuelven sus camellas, el amor es siempre mi credo y mi fe". Esta tendencia provocó numerosos detractores. entre ellos los doctores de la ley islámica   encabezados por Ibn Taymiyya (1263/1328).

En Trípoli le propusieron nombrarle juez, pero él rechazó la oferta. A consecuencia de ello le acusaron de alienación mental y se vio obligado a dejar Libia y dedicarse a la enseñanza en la mezquita al-Azhar en el Cairo.

Hacia 1252 se encontraba en Damasco, participando en las cruzadas (Jihád).

En los desiertos de Egipto y Siria visitó las Iglesias y provocó discusiones filosóficas con clérigos.   Durante sus conversaciones, se familiarizó con sus costumbres y creencias. El espíritu de apertura y comprensión de los cristianos se refleja en sus poemas, en los que se destacan las tentativas de reanudación y restauración del diálogo entre musulmanes y cristianos, obra ya iniciada anteriormente por Ibn ‘Arabí e Ibn Sab‘in.

Después de su persecución por los ortodoxos islámicos y el suicidio de Ibn Sab‘in, al-Shustarí tomó el relevo al mando de sus numerosos discípulos. Asolado por la enfermedad, su estado de salud se agravó cerca de Damieta, en Tina (arcilla) donde hizo su famosa declaración aludiendo a un versículo del Corán en el que se hacía la correlación entre la arcilla y la vida humana. Se dice que de ella nace y en ella torna su descanso final. Al fallecer al-Shustarí, sus discípulos lo enterraron en Damieta en 1269.

A imagen Ibn ‘Arabí, quien utilizó el subgénero "Muwashshah" en la poesía mística, al-Shustarí introdujo el zéjel (zayal). La diferencia entre el uno y el otro es que al-Shustarí empleó un estilo sencillo, comprensible, y con un matiz melódico y rítmico muy atractivo. Se inspiró en los grandes maestros de Al-Andalus como Ibn Quzmán (s. XII) e Ibn Zaydún (1004-1070). Según al-Maqarrí (s. XVI) la obra completa de al-Shustarí se compone de cinco textos en prosa, pero se han preservado solamente sus recopilaciones poéticas. lbn Abbád al-Rundí insistía para que la gente reuniera los poemas de al-Shustarí y compusiera melodías para transformarlas en canto. Gabriní hablaba de la dulzura y de la belleza de esta poesía que fue cantada, frecuentemente, en las ceremonias de Samá‘ en diversas partes del mundo islámico.

La poesía de al-Shustarí esencialmente el amor de Dios, los comportamientos y costumbres de los "sufíes", la aniquilación (faná'), así como la concepción mística del día del derrumbe y de la eternidad (baqá'). Es necesario darse cuenta de la dificultad para acceder a esta poesía, pues su comprensión necesita un conocimiento sustancial de la terminología sufí, que se caracteriza por el uso de recursos retóricos como la metáfora y, al mismo tiempo tiene un carácter esotérico. La traducción literal puede fácilmente inducir al lector ingenuo a unas interpretaciones equívocas.
En este sentido, Suhrawardí (Irán 1191, Alepo 1155) aclara, "Escuchar música que
describe las mejillas, la estatura, los cabellos, enardece las pulsiones instintivas. La descodificación en el primer grado es totalmente errónea, puesto que la meta buscada a través de estos términos está totalmente despejada del sentido carnal del amor, y solo el amor en el sentido espiritual de Dios es válido".

La obra poética de al-Shustarí fué publicada en 1960 en Alejandría, por Sámi al-Nashár. El editor reúne casi la totalidad de los manuscritos del gran maestro. En 1988 Federico Corriente publicó en Madrid una traducción titulada: Poesía estrófica (céjeles y/o muwassahát) atribuida al místico granadino al-Shustarí, siglo XIII d.c..

Al-Shustarí produjo un gran influjo en los círculos místicos, así como en la cofradía Qádiriyya de Túnez, cuyo maestro de ceremonias era conocido por Sheij-Shustarí Para ejercer este oficio se tiene que ser nombrado por el jefe de la Zawya (marabuto) y se requiere satisfacer los criterios siguientes: un conocimiento profundo del repertorio del Samá‘, de los Tubú‘ (modos) y de los Mízán (ritmos). Los danzantes místicos se llaman Shustárá y los adeptos del dhikr (invocación) Shustrí.

Sería interesante subrayar que en el siglo XIII, época floreciente de la corriente mística, la simbiosis entre el Oriente y el Occidente era obvia y las influencias ascético-místicas de Al-Andalus habían superado un estado primario. La presencia aislada era obra del pasado, y entonces tenía ya una dimensión popular y masiva. La influencia de al-Shustarí sobre Raymundo Lulio (Palma de Mallorca ¿1235?-1315) le llevó a utilizar una de sus jarchas, el poema


¿Qué se me da de la gente,
y a la gente, qué se le da de mi?"

que modificó en su libro "Del Amigo y del Amado" en:

"¡Cuántas inquietudes esto me da
y los hombres, qué me pueden decir?"

Mahmoud Guettat · Omar Metioui