Núba al-Máya  /  Ibn Báya. Omar Metioui & Eduardo Paniagua


Los cinco mízán de la música andalusí-magrebí






medieval.org | spotify.com
Sony "Hispanica" SK 63007
Pneuma PN-630

1996

[71:57]







I. mízán bsít
1. bugya   [2:19]
2. twíshya 1   [1:47]
3. san‘a, yá amlaHa n-nás   Oh, hermosura de la gente   [3:05]
4. san‘a, yá ashiyya dhakkarta-ní shawqí   Oh tarde, me has recordado mi deseo   [2:10]
5. san‘a, ‘ashiyyatun ka-annahá   instr.   [0:56]
6. san‘a, shamsu l'aSíl   El sol del atardecer   [1:14]

II. mízán qá'im wa-nisf
7. twíshya 2   [1:58]
8. san‘a, Hín nalqá l-malíh   Cuando encontramos la hermosura   [6:07]
9. san‘a, bi-dinám   instr.   [3:15]
10. san‘a, ‘aqlí 'abbáh   Mi mente cautiva   [1:40]

III. mízán btáyhi
11. 'inshád   [2:24]
12. san‘a, qarúba l-masá  Se acerca la tarde   [3:28]
13. taqsím flauta   [2:10]
14. san‘a, 'unZhur ilá l-bustán   Contempla el jardín   [2:46]
15. san‘a, idhá nadhkuru Si recordamos   [1:30]
16. san‘a, yá lahá ‘ashiyya   instr.   [1:00]

IV. mízán dary
17. twíshya 3   [1:23]
18. taqsím ‘ud   [2:05]
19. san‘a, Tala‘at shamsu man 'uHibbu   Amaneció el sol de quien amo   [2:09]

V. mízán quddám
Primera Parte
20. twíshya 4   [1:23]
21. san‘a, qalbí l-ka'íb   Mi corazón de afligido   [4:27]
22. san‘a, já' al-Habíbu   Vino el amante   [2:31]
23. brwála, aSfart l-‘ashí   En amarillo tornó la tarde   [4:22]
Segunda Parte
24- taqsím viola [1:39]
25. taqsím ‘úd ‘arbí[1:26]
26. muwwal Tab‘ S-Síka. já' al-gaythu   Vino el auxilio   [5:09]
27. twíshya 5   [0:26]
28. san‘a, shamsu l-‘ashí   instr.   [1:11]
29. san‘a, 'a‘Zam yá ‘ashiyya   Oh tarde, muéstrate   [0:59]
30. san‘a, saffifú l-qi'tan   instr.   [0:45]
31. san‘a, aná kullí   instr.   [1:49]
32. san‘a, wa nádaytu Y vi   [2:20]
33. san‘a, alláhu ya‘lamu   Dios sabe   [0:47]






Ibn Báya
Omar Metioui, Eduardo Paniagua

Omar Metioui | Tánger — ‘úd (laúd árabe), laúd ‘arbí, viola 2, tar 2, canto
Ahmed Al-Gazi | Tetuán — rabab, viola 1
Mohamed El Arabi Serghini | Tánger — canto solista, darbuga 1
Abdesselam Amrani Boukhobza | Tánger — tar 1, canto
Gloria Lergo | Sevilla — canto solista
Luis Delgado | Madrid — laúd andalusí, cítolas, darbuga, panderos, címbalos
Eduardo Paniagua | Madrid — flautas medievales








INSTRUMENTOS

Laúd oriental (‘Úd): Casablanca, Jalid Belhaiba, afinación DO-SOL-RE-LA-MI-DO

Laúd andalusí: Reproducción de laúd arábigo-andalusí medieval de la arqueta de marfil Leire (Navarra) de Faray, hijo de Almanzor, año 1004, realizada por Carlos Paniagua en 1995, afinación SOL-RE-LA-MI-SI con cuerdas y trastes de tripa.

Laúd ‘arbí: Laúd de cuatro cuerdas dobles (tradición de Túnez), afinación DO-SOL-RE-RE

Cítolas: Cordófonos de tres cuerdas dobles con tapas planas, de la iconografía cristiana, realizadas por Carlos Paniagua: cítola y por Jesús Reoliz: citolón.

Rabab: Instrumento monóxilo de dos cuerdas afinadas en quintas, de arco flotado, construido por Al-Gazi, tradición familiar andalusí.

Viola: Francesco Ruggieri, Cremona 1671, legado de Temsamani. Afinación Ml-LA-RE-SOL, cuerdas primera y segunda de tripa e interpretación sobre la pierna izquierda.

Flauta a bisel en DO: Madera sobre modelo del Renacimiento

Flauta a bisel en DO (Fhal) : Metal sobre modelo árabe medieval

Tar andalusí: Pandereta de cinco sonajas

Darbuga: Tambor en forma de cáliz con parche de piel de cordero o de pescado

Panderos: Duff, membranófonos redondos tradicionales de Marruecos y Persia

Címbalos: Platillos metálicos de dedos (sunúy)

En la presente grabación se utiliza afinación no temperada de los instrumentos, con MI, el SI y el FA sostenido más bajos y el MI bemol más alto, respecto a la escala actual occidental. En la música andalusí no se utilizan intervalos de 3/4 de tono.






Sonido: TYREL. Luis Carlos Esteban y Javier Coble
Producción: Eduardo Paniagua y Omar Metioui, octubre de 1996
Diseño de portada: TRIO (Sony)
Diseño gráfico: Luis Vincent (Pneuma)
Foto de portada: Miniatura de Libro de Juegos, Cantigas / Alfonso X

© & ℗ 1997 Sony Music Entertainment (Spain), S. A.




Reedición en neuma PN-630 Colección Al Andalus/Al Magreb:







“¡Por Dios!" el descanso que sienten los espíritus con la melodía es un secreto oculto al ser humano"
Abú Muhammad al-Sabbág
(trad. M. Cortés)

Ibn Báya

El nombre de Ibn Báya corresponde al músico y filósofo Avempace (Zaragoza 1070 - Fez 1138) que, como el grupo que quiere llevar su nombre, vivió tanto en Al-Andalus como en el Marruecos del siglo XI y XII.

La herencia musical de Al-Andalus, la España hispano-musulmana durante más de siete siglos, quedó dividida cuando se ultimó la expulsión de los hispano-árabes de la península Ibérica. En la España cristiana esta herencia quedó diluida en las músicas populares, el lenguaje y en la temática oriental de los romances y otras formas de la música culta. En el norte de África se recogió y mantuvo en la tradición oral culta en lo que se denomina hoy música Andalusí-Magrebí.

Al-Máya es la Núba elegida por Ibn Báya después de la Núba Al-lstihlal, primer CD del grupo en la serie HISPANICA. En esta grabación se ha enriquecido el número de músicos y de instrumentos históricos y tradicionales que arropan a esta poesía creada durante el período más luminoso del medievo español.

Por el encuentro entre sus músicos, y por la interpretación de la música andalusí, parte de ella conservada históricamente gracias a la judería del Magreb, el grupo Ibn Báya hace real y actual la reconstrucción del encuentro de la España de las Tres Culturas: musulmanes, judíos y cristianos, que han conformado la Civilización Mediterránea.

Dedicamos este trabajo al gran maestro Mohamed Ben ‘Arbí Temsamani de Tánger.

EDUARDO PANIAGUA & OMAR METIOUI








Música Andalusí - Núba al-Máya


“¡Que tarde aquella!. No dejaba yo de esperar su llegada porque anunciaba la unión al corazón encendido. El sol bajo las nubes, semejaba oro bordado en una túnica azul”
San‘'a 35, ritmo btáyhí, Núba al-Máya (trad. Valderrama)


La música Andalusí con las Núbas alcanzó su plenitud en la época de los reinos Taifas, siglos XI y XII. El músico Ibn Báya, con la creación en Zaragoza de una escuela de música, legó una multitud de melodías que se hicieron célebres. Tal vez sean de su creación muchas de las melodías anónimas de las Núbas, la mayoría de las que nos han llegado por la tradición oral.

Esta Edad de oro de las artes en Al-Andalus tuvo su final con la caída de Córdoba (1231) a manos del rey Fernando III de Castilla y León, iniciando la dispersión de las Núbas por todo el Norte de África. Tras un nuevo florecimiento en la corte nazarí de Granada, 1492 marca la parada de la creación musical en Al-Andalus, dando lugar a las diferentes escuelas de música andalusí en el Magreb. La tradición nos habla de 24 Núbas, una para cada hora del día.

La Núba al-Maya se compuso para ser interpretada desde el medio día hasta la puesta de sol. En la recopilación más completa y antigua que nos ha llegado, el cancionero de al-Haik (hacia el año 1800), encontramos sesenta y tres canciones de autores desconocidos. Los compositores de esta Núba se esforzaron en relacionar armónicamente las poesías con las melodías, creando un mosaico de obras que reflejan el espíritu de la Núba al-Maya. Este es el espíritu de la nostalgia que se respira al atardecer, descubriendo las bellezas del color y del perfume de los jardines bañados por una dorada y suave luz en el encuentro de los amantes.

Hoy en día esta temática se mezcla con la nostalgia del esplendor del perdido Al-Andalus para el mundo islámico. Tierra fértil en cultura, riqueza y tolerancia. Tanto es así que se habla del "mal de al-Máya" como anuncio de la separación y dispersión de los amigos.

“Cuando el hombre toma el laúd e interpreta las notas acompañándose de poesía, su espíritu se siente inmerso en el mundo de la música hasta llegar a lo más profundo de su ser y purificarlo”.

Ibn Baya- Risalat al-alhan. (trad M. Cortés).

El laúd ha sido la base sobre la que los teóricos (filósofos) músicos árabes analizan la relación entre la música y la armonía del universo, comprendiendo la naturaleza, los cuatro elementos y los rasgos o humores de la psicología humana.

Tomado del interesante y reciente libro de Manuela Cortés "Pasado y presente de la Música Andalusí", se puede resumir el siguiente esquema, realizado sobre las cuatro cuerdas del laúd andalusí.

1ª cuerda - zír: amarillo, fuego, bilis, sollozo, sequedad, queja del enamorado
2ª cuerda - matná: rojo, aire, dulzura, sangre, risa, juego, calor
3ª cuerda - matlát: blanco, agua, flema, tristeza, humedad, llanto
4ª cuerda - hamm: negro, tierra, melancolía, profundidad, atrabilis, frío, fatiga, paz y dolor del abandono del enamorado


A propósito del efecto terapéutico de la música dice al-Haik en su cancionero:

“En gran parte de los medios predomina la teoría de que la buena voz penetra en el cuerpo, tranquiliza el corazón y estremece los miembros. Y que todas las cosas fatigan al cuerpo salvo la  música ... por ser descanso del alma, primavera del corazón, distracción del afligido, entretenimiento del solitario y viático del viajero”. (trad. M. Cortés)

Eduardo Paniagua









I. El arte de la Núba Andalusí

La Núba representa un arte musical muy elaborado que nació en el siglo octavo en la corte Abasida de Bagdad y tuvo su apogeo en la corte de los Omeyas, en Córdoba. El significado de esta palabra ha sido objeto de varias interpretaciones. Al principio se refería al turno que todos los artistas debían efectuar ante el Califa. Posteriormente, designaba la sesión musical misma y finalmente, pasó a significar el repertorio musical en sí.

Gracias al ilustre Ziryáb, este arte llega hacia el año 825 a la corte del Califa Omeya, Abderramán II, en Córdoba. Este acontecimiento decisivo en la historia artística de al-Andalus permitió el auge de un área musical innovadora que traspasó las fronteras de España para extender su influencia al resto del continente europeo. Por todas partes surgieron conservatorios, fabricantes de instrumentos y mecenas pertenecientes a los rangos más elevados de la sociedad. Este auge conoció un desarrollo sin precedentes con la llegada de los Mulúk al-Tawa'if, 1031 (Reinos de Taifas). Cada uno de los pequeños reinos trató de rodearse de un mayor número de artistas, los cuales constituían un motivo de orgullo para los monarcas y los altos dignatarios. Este fenómeno permitió también la divulgación de la música entre los distintos estamentos sociales. Las esclavas especializadas en música (qayna) adquirieron un auge extravagante y se vendían a precios desorbitados. El historiador Ibn Bassám (m. 1147) cita a Ibn al-Kattání, un personaje dedicado a educar a los esclavos. Además de música y poesía, éste les enseñaba a escribir y también gramática y literatura. El pueblo de Al-Andalus era célebre por su amor ilimitado a la música, la poesía y las bellas artes, hasta el punto que era imposible escapar al sonido de los instrumentos musicales en todas las callejuelas de las ciudades de al-Andalus.

Gracias a este sistema de educación musical, Al-Andalus aportó a la historia de la humanidad grandes nombres de músicos, musicólogos y ejecutantes, como por ejemplo el ilustre Ibn Báya (Avempace, 1070-1138), Ibn Rushd (Averroes), Ibn al-Hásib al-Mursí, Ibn al-Himára al-Garnátí, Ibn Júdí, etc. Y también una pléyade de poetas, como al-A´má al-Tutílí (1082-1126), Ibn Baqqí (m. 1145), Ibn Quzmán (m. 1160), Ibn Zuhr (1110-1198), Ibn Sahl (1212-1251), al- Shustarí (1212-1269), Ibn al-Jatíb (m. 1374), etc.

En el campo de la literatura, dos formas poéticas vieron la luz gracias a Muqaddam Ibn Mu´áfa al-Qabrí (moaxajas, finales del siglo IX) e Ibn Quzmán (zéjel). Estas formas poéticas, que no obedecen a las reglas de la métrica clásica establecidas por al-Jalíl Ibn Ahmad (m. 791), responden a una necesidad de liberarse de las formas clásicas árabes. Esta evolución fue dictada, entre otros factores, por la nueva rítmica y prosodia musicales y por la necesidad de crear un lenguaje capaz de responder al carácter y a las nuevas aspiraciones del pueblo andalusí.








II. Núba al-Máya

La Núba al-Máya aparece en tercer lugar en Kunnásh al-Haik, una compilación de poesía de las once Núbas marroquíes (año 1800). Las once Núbas constituyen el patrimonio musical Andalusí-Magrebí, conocido con el nombre de al-Ála en Marruecos. Al-Ála significa instrumento y es el contrapunto de as-Sámá‘, término que designa la música vocal de las Záwyas o cofradías religiosas.  
En Marruecos conocemos dos repertorios de música clásica o culta:


1/as-Samá‘

Literalmente significa audición, y en efecto, es la audición de una ceremonia de música espiritual o mística. Normalmente, este repertorio está basado únicamente en la voz y en la mayoría de las cofradías de Marruecos no se utiliza instrumento musical alguno. Para conocer más detalles sobre este genero musical, pueden consultar nuestro disco: Ritual Sufí-Andalusí, Poemas del místico de Granada al-Shushtarí, siglo XIII, (Sony Classical).


2/Al-Ála

Actualmente, al-Ála está considerado como el repertorio profano de la música clásica de Marruecos y se canta tanto en las fiestas en las que se reúnen las familias (bodas, nacimientos, circuncisiones, etc.), como en las grandes representaciones nacionales e internacionales. Esta es una de las principales características de esta música, apreciada tanto por el público refinado y acostumbrado a la música seria y culta como por el gran público.

Constituye el repertorio clásico de las "cincuenta y cinco" (11 Núbas x 5 Mízán = 55). La palabra Mízán tiene un doble significado. Por un lado designa uno de los cinco ritmos de la Núba: Bsít, Qa'im Wa-Nisf, Btáyhí, Dary y Quddám; y, por otro lado, designa una serie de San‘as (canciones) basadas en un ritmo, que pasa por varios movimientos durante la ejecución de las mismas. Esta particularidad se debe a que cada uno de los Mízan pasa por tres partes esenciales. La fase larga (Mwssa'/Largo-Larghetto), la fase intermedia, (Mhzúz/Andante), y la fase rápida, (Insiráf/Moderato-Allegro).

En el transcurso de la interpretación completa de un Mízan, que dura de una a tres horas, el ritmo va acelerándose progresivamente hasta culminar en la última san‘a (Qafla). Como hemos dicho anteriormente, el público entendido logra seguir esta ascensión rítmica lenta y progresiva que lleva al oyente hasta la última fase en la que es posible aproximarse a la fase extática de un Samá‘ (audición mística). Los no iniciados y el público no entendido solicitan solamente la última fase del Mízan (lnsiráf), porque es ligera y puede servir como tema de danza y exhibicionismo. Debido a las corrientes de influencia extranjeras (Egipto, Occidente) que atraviesan el Magreb, incluso los aficionados a esta parcela de la Núba son cada vez menos. Este patrimonio musical que existe desde hace más de mil años corre peligro de desaparecer o de quedar absorbido por otros géneros musicales, incluso en el seno mismo del país que los ha conservado y desarrollado.

Pero tratemos de consolarnos pensando que si ha sido capaz de resistir a las vicisitudes de la historia durante largos siglos, es porque lleva interiormente una fuerza intrínseca que le garantiza la supervivencia y lo hace inmortal. Podría atribuirse este fenómeno al proceso mismo engendrado por la tradición oral, que siempre ha dejado un margen de libertad de expresión y de interpretación a las nuevas generaciones. Todo lo contrario que la partitura escrita, que inhibe las facultades del artista y le priva de toda libertad de expresión. Está demostrado que, según sea la política cultural del país, este patrimonio conocerá momentos de gloria y de florecimiento y, a la inversa, también pasara por períodos de declive y regresión.

La Núba al-Máya constituye una de las cuatro raíces del árbol de los modos. Sus derivados son: Rasd, Raml l-Máya, l-Hsín, Inqiláb r-Ramal y Síka. Su elemento es el aire y su estación del año es la primavera. Según al-Haik, el sonido principal de su modo es el mathlat o tercera cuerda del ‘úd, que se llama al-Máya. Actualmente se utiliza como tónica de este modo la nota Do. El modo Máya se distingue de otros modos de Do por la aparición frecuente de la nota sensible Si, característica del modo Síka. Es un tab‘ (modo) que suscita el humor de la sangre, aumentando su fuerza y sus influencias, y por el contrario, se opone al humor de la atrabilis, lo atenúa y lo dulcifica. Incita al sueño al que lo escucha. Los músicos llaman a este tab‘ el mar. Según este mismo autor, este tab‘ fue inventado por Umayya Ibn al-Muntaqid o por una mujer que se llamaba Máya. Es evidente que aún no se ha podido probar la autenticidad de la información que nos proporciona el precioso manuscrito de al-Haik y nosotros lo citamos solamente por su valor histórico. Varias san‘as de esta Núba pertenecen al modo Síka. El modo Síka está entre los modos que han perdido su Núba. Las san‘as que quedan de este modo, conocidas con el nombre de huérfanas (yatámá), están desperdigadas entre otras Núbas como Núba Gríbt l-Hsín. Tab‘ Síka es un modo de Mi muy apreciado en el Flamenco (soleá). El muwwal que se interpreta en Núba al-Máya está basado precisamente en los sonidos de este tab‘.


a/ La poesía

La temática de esta Núba es una descripción muy detallada del período del día que transcurre desde el mediodía (‘Asr) hasta la puesta del sol (Magreb). Podría sorprendernos la precisión con la que se describen los fenómenos naturales de la puesta del sol, los diversos colores y perfumes de los jardines. Y las citas con la amada en el crepúsculo, la nostalgia debida a la lejanía y a la separación y la eterna vigilancia del censor (al-‘adhúl), etc.

“Cuando el sol palidezca y llegue el momento de ocultarse, sé cantor de al-Máya, ¡oh hermano de la alegría!
Apresúrate a sorber los vasos, y alegra tus ojos en el dorado ropaje de la tarde”

(Trad. Valderrama)

b/ Los ritmos

No podemos dejar de insistir en la gran importancia del papel desempeñado por el ritmo en la música andalusí-magrebí. Por desgracia, la transcripción al solfeo no refleja la dimensión del ritmo en la ejecución de esta música.  Por supuesto, esta misma laguna es el origen de una cierta marginación del ritmo por la música clásica europea, en beneficio de la tiranía de la medida.

Omar Metioui