medieval.org
artefactumusicantigua.com
Pasarela CDP6/1043
2006
1. Quen bõa dona querra [3:39]
CSM 160
2. Virgen Santa Maria [5:23]
CSM 47
3. Non e gran cousa [3:25]
CSM 26
4. Quen quer que na Virgen fia [6:07]
CSM 167
5. Tantas en Santa María [7:28]
CSM 173
6. Muit'é mayor o ben-fazer [5:06]
CSM 125
7. A madre de Jesucristo [5:32]
CSM 172
8. Gran dereit' é [5:28]
CSM 34
9. Con razon é d'averen gran pavor [6:27]
CSM 144
10. De muitas guisas [5:08]
CSM 58
bonus [6:38—8:25]: Con razon é d'averen gran pavor
CSM 144
Artefactum
(Arte Factvm)
Mariví Blasco, canto
Francisco Orozco, canto y laúd
Vicente Gavira, canto
Ignacio Gil, flautas, chirimia, axabeba, oboe de cápsula, coros
José Manuel Vaquero, organetto, zanfoña, coros
Juan Manuel Rubio, viola, arpa medieval, santur, coros
Álvaro Garrido, atabal, panderetas, panderos, deff, naqaras, zarb, gaval,
campanas, sonajas, vieiras, cántaro, crótalos
GRABACIÓN
En el Scriptorium fue grabado
en estudios Alta Frecuencia de Sevilla
en Septiembre 2006,
siendo ingeniero de sonido Pepe Torrano
y director artístico José Manuel Vaquero
selección y recreación cantigas: Jose Manuel Vaquero
diseño gráfico: Alvaro Garrido
coproducción: Zanfoñamóvil / Artefactum
edición y distribución: Pasarela S. L.
CDP6/1043
Dep.Legal: SE-3805-06
INSTRUMENTOS DE LUTHERÍA
laúdes, Carlos Paniagua
viola, Jesús Reolid
arpa medieval, Jesús Reolid
organetto, Walter Chinaglia
oboe de capsula, Jean Michelle Deliers
panderetas y panderos, Norbert Eckermann
OTROS INSTRUMENTOS
añafil, axabeba morisca,
campanas, cántaro, cascabeles, chírimia,
deff, flauta soprano, gaval, naqarats,
pandereta gallega, platillos, santur, vieiras, zarb
FUENTES Y TEXTOS PARA RECREACIONES
· Cantigas de Santa Maria. Edición de Walter Mettmann. Madrid, Clásicos Castalia, 1.966
· La música de las cantigas de Santa María del Rey Alfonso el Sabio. Higinio Anglés. Biblioteca central, Barcelona, 1.943
· Alfonso X el Sabio. Cantigas de Santa María. Códice Rico del Escorial, Ms. escurialense T.I. Versión de José Filgueira Valverde. Editorial Castalia
· La música medieval. John Caldwell. Alianza Música 1.984
· La música en la Edad Media. Gustave Reese. Alianza Música 1.988
· Historia de la música española. Ismael Fernández de la Cuesta. Alianza Música 1.983
· Alfonso X el Sabio, Cantigas. Edición de Jesús Montoya. Cátedra, Letras Hispánicas 1.988
D e l a s C a n t i g a s, conforme se van haciendo grabaciones, va
quedando cada vez menos que decir. Resulta evidente su carácter
religioso y votivo, compartiendo el fervor mariano de la época. No en
vano Berceo acaba de terminar los Milagros de Nuestra Señora, quizás bajo la influencia de Gautier de Coinci y su Miracles de NotreDame. En Francia venían reivindicando la figura de María como Mater Mediatrix
ya desde el siglo XI, todo envuelto en esa ola literaria conocida como
'amor cortés', lo que nos lleva a Leonor de Aquitania, las fiestas del
castillo de Puyvert (mientras los cátaros sacuden la cabeza y susurran "¡no es esto, no es esto!')
y las defensas apasionadas de Ginebra (el espíritu emprendedor e
iconoclasta puede agregar aquí a los templarios, las vírgenes negras y
las Magdalenas).
Sobre cómo era la interpretación fidedigna de las Cantigas, nos topamos
de nuevo con el viejo problema de siempre: a la Edad Media (a toda en
general pero sobre todo a la Alta), no la llaman los británicos 'The
Dark Ages' porque predominara el color pardo en los manuscritos.
Teorías, conclusiones y verdades como puños pueblan las conferencias,
los congresos y las tesis doctorales, para todos los gustos, como
atestiguan bibliotecas, librerías e Internet.
Sí es cierto que constituyen uno de los grandes tesoros de lo que debió
ser un glorioso pasado musical. La grandeza de la labor del Rey Sabio
fue la de saber compilar, coordinar y seguramente componer una buena
cantidad de ellas. En las Cantigas se da un repaso al siglo XIII, al
estar, por un lado, llenas de referencias al mundo cotidiano (de
tabernas y cortes, de peregrinos y criminales) y, al mismo tiempo, de
imágenes que constituyen un vehículo inmejorable para asomarse a la
forma de entender el mundo en una Edad Media que comienza ya a ver el
sol en el Occidente. Todo esto, desde la colaboración, más o menos
conjunta, de los sabios más sabios de las Hispanias y Al-Andalus, en un
impensable y poco repetible mejunje de los Pueblos del Libro. A lo que
hay que sumar, además, las influencias provenzales y centroeuropeas de
un monarca que se pasó media vida intentando convencer a los príncipes
electores de que lo coronaran Emperador del Sacro Imperio (sin
conseguirlo, por cierto) y que se vio duramente castigado y dividido por
guerras civiles entre hijos y nietos, como una especie de Rey Lear/Ran
castellano-leonés, nacido en Toledo y enamorado de Sevilla, donde muere y
a la que concede el pintoresco N08D0.
La Edad Media... Hablamos de ella como quien pasa allí los fines de
semana. La recreamos en festivales y mercados y nos sirve para
justificar una costumbre o mandar muy lejos una tradición, seguros de
que nadie queda para decirnos si era así ya entonces o no.
La imaginamos y nos imaginamos en ella cuando visitamos castillos,
monasterios o aljibes. Hasta que llega un momento en que, como cualquier
teórico de la comunicación nos puede decir, el concepto sustituye al
referente, la imagen suplanta a aquello que evoca, y el original, lo
original, termina en la Sala Enlightenment del Museo Británico, entre
las momias de los gatos y las navajas de punta dorada de los
alquimistas.
En el fondo, cuando hablamos del Medioevo, hablamos de emoción por
encima de ninguna otra cosa. Cuando tratamos del Arte (Factum o no), no
hacemos sino referimos a un lenguaje que apela a nuestro conocimiento
emocional de la realidad. Hablamos así de Arturo cabalgando entre un
campo de almendros, de la Conquista de Albania, de Beckett reclamando el
honor de Dios y perdonando a su amigo, mientras tiñe las losas de
Canterbury, de la Batalla de Bannockburn y de Robert Bruce invocando el
recuerdo de los que sangraron con Wallace o de las hogueras del Camp
dels Cremats al pie del Montségur. Y también de Guillermo de Baskerville
rescatando todos los libros que puede, de Saladino jugando al ajedrez
con Ricardo o de Enrique V animando a sus pocos pero felices ante la
inminente masacre de Agincourt. Miedo, esperanza, honor, nobleza o
amistad.
Emociones.
Y aquí es donde procede hablar de Artefactum. Pero no es fácil. No lo es
porque Artefactum ni nace ni tiene una infancia al uso de los grupos
consagrados de Música Antigua. No provienen de los ambientes más
selectos, rancios, aburridos y endogámicos de un mundo musical
onfálicamente obsesionado por si las grabaciones hay que hacerlas en
iglesias, capillas, garajes o graneros, cuyas actuaciones y producciones
tienen la misma alegría de vivir que los personajes de la Gavota de
Ascot de My Fair Lady, ni tampoco son diletantes desocupados que
desembarcan en el inestable mundo de la Early Music, como todos
sabemos repleto de gurús, leyendas vivas y sesudos académicos que
sacuden la cabeza mientras susurran exorcismos (o que tañen la campana,
apagan la vela y cierran el libro, que la tentación inquisitorial cuadra
con el periodo histórico que nos ocupa), mientras se suben a las barbas
de Martin Codax o de Hildegarda von Bingen (bueno, a las trenzas de
Hildegarda).
No. Los componentes de Artefactum son todos músicos curtidos en mil
batallas, con una compleja e interesantísima trayectoria musical, lo
cual es importante, pero con una más dilatada trayectoria vital, lo que
es fundamental para saber de qué va lo que se está interpretando. No se
puede transmitir una emoción que se desconoce y no se puede conocer una
emoción sólo a través de una partitura.
El Medioevo, quizás más que ninguna otra época en la historia, pone en
contacto la ingenuidad monástica con la picaresca tabernaria, las
comodidades de las cortes y las penalidades del Camino de Santiago y,
aunque resulte increíble, en Artefactum hay de todo esto, y mucho más.
La clave para entender... qué digo, para disfrutar de la música de
Artefactum reside en la habilidad de sus componentes para conjugar tres
virtudes que se dan muy a menudo por separado pero no tanto en una sola
formación: originalidad, sentido del humor y capacidad para emocionar.
Que son originales salta al oído. Su forma de hacer Música Antigua ha
pasado ya de ser una interpretación para convertirse en un estilo, y en
un estilo original. Podrá gustar o no, pero es indudable que han
conseguido una sonoridad peculiar y distintiva que los identifica y esto
no es fácil en un periodo de la música en el que tanto los timbres como
los recursos del lenguaje musical son limitados.
Tienen sentido del humor, eso puedo asegurarlo, como lo pueden
atestiguar quienes hayan asistido a una actuación en directo de este
grupo. Su forma de acercarse al público, que termina muchas veces en
complicidad con el mismo, los aleja del hieratismo románico que
caracteriza a muchas formaciones que dan la impresión de haberse visto
desagradablemente asaltados durante el concierto por una inesperada
úlcera de estómago.
Pero sobre todo han sido bendecidos con la capacidad de emocionar con
sus interpretaciones, seguramente porque saben ir más allá de lo que
dice estrictamente la fuente escrita, leyendo entre líneas tanto del
texto como de la música, de manera que logran meterse en el pequeño gran
drama que cada composición propone, sean estas cantigas, cuadros de los
Carmina Burana o romances fronterizos, para después contarlos, con su
personal estilo, a quien los quiera escuchar.
Adolfo García
QUEN BOA DONA QUERRA LOAR - CSM 160
Cantiga de loor a la Virgen
VIRGEN SANTA MARÍA - CSM 47
Un
monje, embriagado, va a la iglesia y el diablo se le aparece en forma
de toro, jayán y de león. La Virgen se le aparece y golpea al diablo.
NON E GRAN COUSA - CSM 26
De tradición oral, es la resurrección de un peregrino que
se mutila y muere. De gran tradición en el Camino de Santiago.
QUEN QUER QUE NA VIRGEN FIA - CSM 167
A
una mora se le muere su hijo y lo lleva a Salas, donde lo Virgen lo
resucita a los tres días. Después de esto, la mora se convierte.
TANTAS EN SANTA MARÍA - CSM 173
Después
de haber consultado a muchos "físicos" (médicos), un hombre con piedra
en el riñón le pide a la Virgen su curación. Un día se despierta y
encuentra en su cama un cálculo del tamaño de una castaña.
MUIT 'É MAYOR - CSM 125
Un
sabio nigromante conjura a los demonios para poder casarse con una
doncella que servía de buen grado a la Virgen. Esta los separa, y cada
uno toma órdenes.
A MADRE DE JESUCRISTO - CSM 172
Cantiga
destinada a que la canten los juglares, trata de un naufragio, y de la
salvación de un mercader, devoto de la Virgen, en mitad de la tempestad.
GRAN DEREIT'É - CSM 34
Un judío roba una imagen de la Virgen, y un cristiano la encuentra por el olor tan bueno que desprendía.
CON RAZON É D'AVEREN - CSM 144
Incidente
en una corrida de toros. La Virgen salva a un buen hombre de un toro
que se trajo para festejar la boda de un caballero.
DE MUITAS GUISAS - CSM 58
Una monja enamorada, tiene una visión del infierno y es disuadida de huir con su amante.