Iberian Garden, vol. 1 / Altramar
notas en español










En la Edad Media, el contacto de culturas en la Península Ibérica creó un mundo cosmopolita en el cual convivieron, se amaron y guerrearon gentes de distintas etnias y religiones. Fue ésta la Edad de Oro de la poesía hebraica, un punto culminante de la ciencia y el arte islámicos, un florecimiento de la teología y la música cristianas. Todos compartieron esta Edad de Oro. Músicos y matemáticos, poetas, pintores y políticos, arquitectos y artistas, nobles y plebeyos, comerciaron, estudiaron, cantaron y trabajaron juntos.

En 1993 el eminente musicólogo Thomas Binkley animó a los miembros de Altramar a crear un programa de música medieval que representara la diversidad musical, literaria y espiritual de las Españas judía, cristiana e islámica. Tal proyecto tendría que incluir piezas en castellano, catalán, gallego-portugués, latín, hebreo, árabe - coloquial y clásico - y gran variedad de estilos y técnicas musicales. “Si podéis hacer eso” nos dijo, “habréis hecho algo único”. Tom Binkley murió antes de poder oír el presente disco pero su espíritu indomable nos inspiró y nos sigue inspirando.

Conseguir nuestra meta fue un proceso complejo. Tenemos muchas fuentes primarias para las tres culturas y está bien documentada la existencia de una rica actividad musical. Pero hay en la documentación una laguna crucial: mientras las tradiciones musicales cristianas de la España medieval están bien conservadas en manuscritos, y los repertorios cantados post-medievales de las tradiciones orales andalusíes y sefardíes existen aún hoy día, escasean, sin embargo, fuentes certificablemente medievales para las melodías árabe y judías.

Por consiguiente, desde el principio decidimos emplear sólo textos sólidamente tenidos por medievales, y para respaldar nuestras decisiones musicales recurrimos a descripciones medievales fidedignas y a las tradiciones orales todavía vigentes. Esperamos que nuestras piezas, que son en cierto sentido “nuevas”, capturen sin embargo el sonido y el espíritu de lo antiguo, y ostenten estas joyas de poesía cantada medieval en monturas que reflejen debidamente su hermosura transcendental.


Muwaššah (moaxaja) y zajal (zéjel)

Algunas piezas del repertorio reunido en esta colección vienen en forma de himno, cantiga, o lírica amorosa; incluso el piyyut continúa como parte del repertorio judío moderno. Pero hay otras formas tal vez menos conocidas, sobre todo las que proceden de la tradición arábigo-andaluza.

La moaxaja y el zéjel se desarrollaron como géneros poéticos y musicales en al-Andalus en los siglos X y XI, fueron luego adoptados por poetas hebreos, y aún hoy se cantan en el Magreb. Los poetas judíos de al-Andalus, muchos de ellos 'empleados' por las sofisticadas cortes musulmanas, admiraban e imitaban la lírica amorosa árabe, viendo reflejada en ella el rico y evocador lenguaje del Cantar de los Cantares. Los poetas judíos de la Edad de Oro combinaron imágenes y convenciones del repertorio árabe con sus propias tradiciones poéticas, produciendo un género paralelo al arábigo-andaluz: la moaxaja hebrea, de temas sagrados o profanos.

El texto de la moaxaja árabe medieval viene siempre en lengua clásica, mientras la segunda parte del último estribillo, o xarja(jarcha), está o en árabe coloquial, o en un dialecto hispanorromance; se supone derivada de fuentes populares. La jarcha de la moaxaja hebrea también aparece con frecuencia en dialecto románico, caso interesante de intercambio entre géneros vernáculos y cultos.

Hoy día se toca la moaxaja arábigo-andaluza como parte de la nawba, una suite de piezas musicales agrupadas en modos y tocadas en un orden determinado. Mientras toca un grupo de instrumentistas, canta a veces un coro, a veces un solista que alterna con un coro para el estribillo.

La colección de zéjeles más nutrida que existe es la del poeta andalusí Ibn Quzmán. Es un género lírico y estrófico, en árabe vulgar. El zéjel comparte parte de su estructura musical con la cantiga española, la lauda italiana, y el virelai francés: en todos, la melodía del estribillo se repite como último verso de cada estrofa (la “vuelta”). Esa estructura, muy difundida en la música folklórica europea no aparece en las canciones en árabe hasta después de la conquista musulmana de al-Andalus. La influencia del árabe sobre la música y la poesía europeas es un tema debatido: pero he aquí un caso de influencia ejercida en sentido contrario.

Formaban la moaxaja y el zéjel parte del repertorio de ciertas cantantes esclavas preciadas. A estas mujeres se les enseñaba desde la infancia a aprender de memoria y cantar estos géneros líricos, y aumentaba el valor cultural y económico de la cantante según mejoraba su técnica. Cuando una de estas esclavas era vendida, el precio se negociaba tras examinar un tomo que contenía su repertorio. A las cantantes más apreciadas las acompañaba su conjunto particular de músicos.

No quedan partituras medievales de la moaxaja y el zéjel, y aunque las fuentes medievales contienen descripciones de la poesía y modo de presentarla, estas por sí solas no permiten reconstruir la música. En esta situación el artista con espíritu histórico, como nosotros, tiene que valerse de tradiciones musicales paralelas. La tradición oral moderna andalusí, conocida como tal en toda la África del Norte (Túnez, Marruecos y Argelia, mantiene raíces fuertes en el suelo ibérico medieval, según declaran músicos modernos que se identifican de forma explícita con linajes de maestros medievales. Se percibe el vínculo inmediato en el propio repertorio: muchos ejemplos de moaxaja y zéjel en la actual tradición oral andalusí siguen de cerca el primitivo texto medieval, lo cual nos ayuda en nuestra reconstrucción musical. En este campo debemos mucho a la obra de los estudiosos Benjamin Liu y James T. Monroe, cuyo libro Ten Arabic Songs in the Modern Oral Tradition (Berkeley, 1989) nos ha sido una fuente insustituible para reconstruir las piezas musicales de este disco.

En la Iberia medieval de las tres culturas, una interpretación completa de uno de estos géneros podía durar las muchas horas que duraba una de las famosas fiestas báquicas. Por lo tanto, aunque damos aquí el texto completo de los poemas, como se merecen, en algunos casos hemos seleccionado sólo dos o tres estrofas de una moaxaja en la versión cantada.

Hay que tomar en cuenta también la pronunciación medieval de los textos andalusíes, que ha cambiado con el paso de los siglos y según la región y el dialecto. Agradecemos a Liljana Elverskog, Abdallah Malik, Consuelo López Morillas y Ángel Sáenz-Badillos su experto entrenamiento en las sutilezas de estas antiguas lenguas habladas.

—Altramar
Traducción: Consuelo López-Morillas

1 Está documentado este estilo de ejecuci&oaacute;n a partir del siglo XIII. Véase Benjamin Liu y James T. Monroe, Ten Hispano-Arabic Strophic Songs in the Modern Oral Tradition (Berkeley, 1989) pág. 16.









1. Reshut: Lababi ya‛ireni kašo’el lašaharah
Levi Ibn al-Tabban (fl. a finales del siglo XI)
Fuente: Raymond Scheindlin, The Gazelle (Philadelphia: Jewish Publication Society, 1991)

Los años de h. 1000 a 1150 constituyen la Edad de Oro de la cultura judía en la Península. Eruditos, poetas, filósofos y científicos judíos ocupaban puestos culturales y oficiales de importancia, tanto en las cortes musulmanas como en las cristianas.

Durante esta Edad de Oro, los judíos de al-Andalus comenzaron a emplear poemas, llamados rešuyot, como prefacio a las oraciones que normalmente se rezan entre el oficio preliminar y el matutino. Formaban, en efecto, un “comienzo antes del comienzo”: eran meditaciones íntimas, cantadas por el precentor, que usaban como serial de su carácter íntimo el pronombre de la primera persona singular
.
Es típico de las rešuyot incorporar lenguaje bíblico, pero también juegos de palabras poéticos: a menudo el número de versos es igual al número de letras en el nombre del poeta, y suelen incorporar un acróstico del nombre del poeta (como en el ejemplo que se presenta a continuación).

En la lírica amorosa árabe, el poeta con frecuencia invoca la gacela como símbolo de la Amada; en los textos religiosos en hebreo, esta imagen llegó a representar a Dios o a Israel. Nuestro poema es de Levi Ibn al-Tabban, gramático y poeta zaragozano que escribió sobre todo poesía litúrgica.


2. Cantio: Dum pater familias
Anó (siglo XII)
Fuente: Santiago de Compostela, Biblioteca de la Catedral (“Codex Calixtinus”)

En la Edad Media acudían cristianos de toda Europa occidental en peregrinación a la catedral de Santiago de Compostela, edificada sobre la tumba de Santiago, patrón de España. El Codex Calixtinus, manuscrito del siglo XII archivado en la Biblioteca Catedralicia, contiene música relacionada con la catedral y con la peregrinación, incluyendo una misa para la fiesta de Santiago. Dum pater familias, una cantio en honor del santo, procede de esta colección. Recuerda su estribillo a Santiago, “primero de los apóstoles”, martirizado en Jerusalén.


3. Muwashshah: Raše ‛am ‛et hitassef
Yéhuda ha-Levi (1075-1141)
Fuente: Oxford, Bodleian Library, Ms. Opp. Add 4°, 81

La moaxaja hebrea de nuestro programa es de Yehuda ha-Levi, famoso por sus contribuciones a la poesía sagrada y profana de la Edad de Oro andalusí. El poema es un híbrido cultural que contiene referencias bíblicas, hebreo vulgarizado, y elementos de habla árabe y romance, culminando todo en una jarcha romance. Es un panegírico a un tal “José” cuya identidad se discute.

Se ha sugerido que se trata de un poema de redención mesiánica, y que “José” es “una figura mesiánica secundaria”, Mesías hijo de José, quien precedería al Mesías davídico y reuniría las tribus de Israel.1 La composición puede leerse con varios niveles de significado, bien como loa a un patrón, bien como mensaje simbólico de mesianismo. Nuestra melodía incorpora gestos melódicos que se encuentran en los símbolos de cantillation de Biblias hebreas del siglo XIII, adaptados al cante melódico típico de las moaxajas andalusíes.

1 H.P. Salomon “Yehuda Halevi and hid 'Cid'” (American Sephardi IX, 1978)


4. Cantiga #10: Rosa das Rosas
Anonymous (13th century), The Cantigas de Santa María
Fuente: El Escorial, Real Monasterio de El Escorial, B.1.2

Fue la corte de Alfonso X El Sabio (1252-1284), rey de Castilla y León, uno de los centros culturales de la Europa occidental, imán de eruditos, artistas, científicos y músicos de diversas religiones. Bajo la dirección de Alfonso se compiló la colección de canciones gallego-portuguesas llamada Las Cantigas de Santa María, tesoro de leyendas folklóricas religiosas. Cuentan estas cantigas los milagros de la Virgen María. El manuscrito más extenso, Escorial B.1.2 (o “E1”), está repleto de miniaturas que representan a cristianos, musulmanes y judíos, solos y en grupos, tocando una variedad de instrumentos musicales. En esta colección, cada décima cantiga se aparta del tema narrativo del milagro y presenta en su lugar una canción de loor a Maria; nuestra cantiga, Rosa das rosas, es una de éstas.


5. Muwashshah: Ma li-l-muwallah
Ibn Zuhr (1113-1198)
Fuente: Sayyid Gazi Diwan al-Muwashshat al-Andalusiyya (Alexandria: Mansha‛at al-Ma‛arif, 1979)

Cuando al poeta andalusí Ibn Zuhr se le preguntó cuál de sus moaxajas era la más perfecta, escogió ésta. Es un poema nostálgico, lleno de las imágenes sensuales que tanto amaban los poetas de las tres culturas ibéricas, y que cultivaban para evocar el amor tanto humano como divino: vino dulce, jardines, mujeres hermosas, la luna creciente.

A nuestra reconstrucción de la música han contribuido descripciones medievales en prosa árabe y prácticas musicales del actual folklore marroquí. En el manuscrito original falta parte de la última estrofa; en su lugar repetimos parte de la primera estrofa con un cambio en el tiempo del verbo, conforme con la tradición oral moderna. Se oirán en el disco las estrofas primera y última y la jarcha. Viene a continuación el texto íntegro.


6. Canso: Dona si totz temps vivia
Berenguer de Palol (a.k.a. Berenguier de Palazol; fl. early 12th century)
Fuente: Paris, Bibliothèque Nationale, f. fr. 22543 (Troubadour ms. “R”)

En los siglos XI y XII los trobadors del sur de Francia y Cataluña cantaron en su poesía, escrita en occitano, el “arte del amor cortés”. Este sistema idealizado de comportamiento social entre hombres y mujeres se desarrolló en Europa, pero tuvo antecedentes en Oriente Medio. El amante cortés se considera siervo de la amada; el amor muchas veces no es correspondido, o es de alguna manera ilícito (por ejemplo, era frecuente que la dama estuviese casada con otro). Pero la situación del amante se eleva a un estado casi místico en que es ennoblecido o iluminado por esta experiencia de devoción transcendental.

En el siglo XIII, la Cruzada Albigense contra los cátaros llegó casi a destruir la cultura que sustentara el arte de los trovadores. Pero la influencia de éstos se extendió a los trouvères de la Francia septentrional, a los minnesänger alemanes, a Dante y los poetas italianos del dolce stil nuovo, y aún más allá.

La canción Dona, s'ieu tostems vivia fue compuesta por uno de los primeros trovadores catalanes, Berenguer de Palol, cuya “vida” o biografía cuenta que era “hijo de un caballero pobre”. De las doce canciones de Berenguer que se conocen, sólo ocho conservan su melodía intacta.


7. Cantiga de amigo: Eno sagrado en Vigo
Martim Codax (fl. c.1230)
Fuente: Pierpont Morgan Library, Vindel MS M979

La cantiga de amigo gallego-portuguesa es una de las formas de poesía vernácula más antiguas de la Peninsula. Lo normal es que se exprese en la voz de una mujer, lo que sugiere que las cantigas de amigo podrían derivar de una tradición muy antigua de cantares femeninos en lengua vernácula.

Muchos de los temas frecuentes de las cantigas — nostalgia por un amado ausente, apóstrofes a una madre o una hermana — aparecen en canciones femeninas de la tradición oral sefardí, y también en las jarchas (de las que se sabe que incorporaron elementos de fuentes preexistentes). Aunque no es posible afirmar que ciertas canciones femeninas sefardíes sean “medievales”, estas imágenes comunes apuntan posibles relaciones entre los distintos géneros.

Sobreviven pocas melodías de las cantigas de amigo. Son excepcionales las siete compuestas por el trovador gallego Martím Codax: todas menos una llevan notación musical. Hemos escogido la única de melodía desconocida. Nuestra melodía ha sido adaptada por Jann Cosan y Altramar, basándonos en las melodías existentes.