Campus Stellae
/ Aulas Corales Municipales de León
El Camino de Santiago en la Edad Media ·
Canciones de Peregrinos
bne.es |
emuleon.com
Caskabel CD-140
1999
[40:49]
1. Congaudeant catholici [3:18]
Codex Calixtinus (s. XII)
cc 96
C.M. «Catedral de León», Dir.: Samuel Rubio Álvarez
2. Psallat chorus celestium [2:18]
Codex Calixtinus (s. XI)
cc 2
A.C. «La Anunciata»,
Dir.: Oscar M. Flórez Jáuregui
Arm. Samuel Rubio Álvarez
3. Gratulemur et laetemur [1:28]
Codex Calixtinus (s. XI)
cc 76
A.C. «Ponce de León», Dir.: Carlos Alirio Salamanca Olaya
Arm. Samuel Rubio Álvarez
4. Dum Pater Familias [2:14]
Canto de Ultreia, Codex Calixtinus (s. XII)
cc 117
A.C. «Nuestra Sra. del Carmen» Carmelitas,
Dir.: José Miguel Lera Fernández
5. Ad superni regis decus [1:45]
Codex Calixtinus (s. XII)
cc 98
A.C. «Gumersindo de Azcárate»,
Dir.: Elena Mª Fdez. Delgado
6. Al Rey de la eterna gloria [1:41]
Codex Calixtinus (s. XII)
cc 94
A.C. «Nuestra Sra. de Carbajal»,
Dir.: Aitor Olivares
Arm. Samuel Rubio Álvarez
7. Vox nostra resonet [1:46]
Codex Calixtinus (s. XII)
cc 102
A.C. «Lope de Vega»,
Dir.: Elena Mª Fdez. Delgado
Arm. Samuel Rubio Álvarez
8. Don Gaiferos de Mormaltan [3:24]
Romancero Jacobeo (s. XIII)
A.C. Maristas «Champagnat»,
Dir.: Juan Carlos Oliveros Villarreal
Cuerno: David de la Calle |
Fídula: Jaime Palomero Cifuentes
9. Virga de Jesse [2:39]
Cantiga XX, ALFONSO X «El Sabio» (s. XIII)
CSM 20
A.C. «Divina Pastora»,
Dir.: David de la Calle Prieto
Arm. David de la Calle Prieto
Fídula: Jaime Palomero |
Carillón de campanas: Juan Carlos Oliveros |
Darbuka: Óscar Flórez
10. A creer debemos [2:02]
Cantiga LXV, ALFONSO X «El Sabio» (s. XIII)
CSM 65
A.C. «La Palomera»,
Dir.: Carlos Alirio Salamanca Olaya
11. Strella do día [1:37]
Cantiga C, ALFONSO X «El Sabio» (s. XIII)
CSM 100
A.C. «La Granja»,
Dir.: Raquel Fdez. Ceregido
12. Mariam Matrem [2:56]
Llibre Vermell (s. XIV)
LV 8
A.C. Carmelitas «Sagrado Corazón»,
Dir.: David de la Calle Prieto
Arm. David de la Calle Prieto | Pandero: Jesús Angel Recio
13. Helo, helo [1:40]
«De Musica Libri Septem» de
SALINAS (s. XVI)
A.C. «Anejas»,
Dir.: Carlos Alirio Salamanca Olaya
14. Para verme con ventura [2:33]
Juan del ENCINA.
Cancionero de Upsala (s. XVI)
A.C. «San Claudio»,
Dir.: Covadonga Barrallo
15. Lorsque nous partîmes de France [1:41]
Cancionero de peregrinos a Santiago (s. XVIII)
A.C. «Leonés»,
Dir.: Rosa Sánchez Suárez
Flauta: Mª Antonia Luengos |
Pandero: Pedro Pérez de Juan
16. Al arribar a Santo Domingo [1:09]
Cancionero de peregrinos a Santiago (s. XVIII)
A.C. «Virgen Blanca»,
Dir.: Natalia Rodríguez Ramón
17. Quand nous partîmes de France [1:46]
Cancionero de peregrinos a Santiago (s. XVIII)
A.C. «Antonio González de Lama» ·
Colaboración del A.C. «Cerecedo»,
Dir.: Mª Antonia Luengos Marcos
Flauta de pico: Rosa Sánchez |
Percusión: Susana Peña
18. Gran canción de peregrinos [1:49]
Cancionero de peregrinos a Santiago
A.C. «Quevedo»,
Dir.: Juan Carlos Oliveros Villareal
Arm. Luis Bedmar
Pandero: Jaime Palomero Cifuentes |
Darbuka: Oscar M. Flórez Jáuregui
19. Sancte Jacobo a Compostel [3:02]
Cancionero de peregrinos a Santiago (s. XV)
C.M. «Catedral de León»,
Dir.: Samuel Rubio Álvarez
Arm. Samuel Rubio Álvarez
agradecimientos
Concejalía de Cultura del Exmo. Ayuntamiento de León
Muy Iltre. Sr. D. Samuel Rubio, Presidente de las «Aulas Corales Municipales»
Excmo. Sr. D. Antonio Viñayo, Abad Prior de San Isidoro
D. José Manuel Redondo «Lolo»
D. Abel Pardo, traducción al lleunés
Congregación Hermanas Carmelitas de La Caridad
Aulas Corales Municipales
Y a todos los que de alguna manera han colaborado en la realización de esta obra
Dep. Legal: LE-1.322-1999
CD-140
Coordinación: Charo Romo
Grabación realizada por Estudios Caskabel,
en la Capilla del Colegio Carmelitas «Nuestra Señora del Carmen».
Ingeniero de sonido: Raúl Ferreras Argüello.
Montaje realizado en Estudios Caskabel con un sistema PRO TOOLS 24 mix.
Edita:
Producciones CASKABEL, S.L.
Santiesteban y Osorio, 10
24004 LEON - ESPAÑA
Antonio Viñayo González
peregrinos y canciones por las tierras de león
En el Alto del Carrasco, sobre la vega del Valderaduey, se asomaba el
peregrino jacobita a las tierras de León. A la vera del regato,
la primera ermita de la Virgen -Nª Sª del Puente-, y primera
canción. Al fondo, la población de Sahagún con sus
monasterios, el número excepcional y calidad de sus templos, las
tumbas de reyes y reinas, la cuba de vino más descomunal desde
el Cabo Norte al Finisterre. Que el vino es el aliento del peregrino,
le enardece el corazón y pone cantares en sus labios. La
estrella sahagunina del Camino es la Virgen Peregrina: Tota pulchra es Maria.
En el río Cea y las choperas, salmos responsoriales por las
almas de los guerreros cristianos que, allá por el siglo VIII,
fueron abriendo la Ruta hacia el sepulcro del Apóstol.
Según la primera Guía del Códice Calixtino, de comienzos del siglo XII, en Sahagún daba principio la octava jornada del Camino.
Calzada adelante, matorral, boscaje, la inmensidad ocre de la llanada
otoñal y mar verde de los trigales en primavera. En la comba
azul del cielo, los arpegios de la alondra, el ave amiga del caminante,
y en la ermita solitaria, la maternal sonrisa de la Virgen de Perales,
tan unida a la peregrinación jacobea.
Siguiendo el Camino Francés, o por la calzada romana, llega el
peregrino a Mansilla de las Mulas, la villa amurallada y torreada, la
de las siete iglesias, que quedan hoy reducidas a dos: la parroquial de
Santa María y el santuario de la Virgen de Gracia.
El río Esla, primero y el Porma después, con sus famosos
puentes y la bondad de sus aguas, acariciaban al peregrino. En el Alto
del Portillo, a la vera del crucero santiaguista, contemplaba el
caminante concheiro la ciudad de León, «real y curial,
llena de toda clase de felicidades», al decir de Guía.
La de las tres mitras, la del sepulcro de San Isidoro, la de la
más bella de las catedrales góticas. Las letras de las
canciones francesas de peregrinación nos aseguran que
aquí entraban cantando los peregrinos y, embelesados,
«hombres, mujeres y niños nos seguían por
oír la melodía». Justina, la Pícara,
afirmaba que «cantaban a bulto». Dos ríos de buenas
aguas, el Torio y el Bernesga, para el aseo de cuerpo y ropa, buen pan
y mejor vino, numerosos y excelentes hospitales, hacían las
delicias de los concheiros.
En la novena jornada que, según el Calixtino,
comenzaba en León y terminaba en Rabanal del Camino, iba
recorriendo la Calzada villas y lugares, todas de una larga calle -la
sarga- que alineaba, a ambos lados, el caserío. Una buena parte
de estos poblados añadían a su nombre: «del
Camino». En los altos de Trobajo, el santuario de Nª.
Sª., también del Camino, porque a la vera de él se
apareció. Después el Páramo, seco y solitario
antaño, vergel de delicias ahora. Al final, el río
Órbigo, el Puente y el Hospital. Célebre el primero por
la batalla de suevos y visigodos, famosísimo el segundo por las
justas de don Suero de Quiñones en el Año Santo de 1434,
y perpetuado el tercero en el nombre del pueblo.
Ya a la vista de Astorga, el crucero que recuerda los pasos del obispo Santo Toribio. Pasado el río Tuerto, la Astúrica
de Augusto, con sus murallas romanas, sus muchos y valiosos monumentos
y sus veinticinco hospitales. El Camino enfila Maragatería
arriba, dejando atrás pueblos, cada uno con su hospital y su
historia de peregrinación. Ya bien alto, Rabanal del Camino,
donde debemos mencionar el Roble del Peregrino, la ermita del Santo
Cristo, la de San José y la parroquial, construcción de
los Templarios.
En Rabanal recuerda la Guía del Calixtino
que daba comienzo la décima jornada prolongándose hasta
Villafranca del Bierzo. Trepa la Calzada a lo Alto del Monte Irago,
donde, sobrepasado el pueblo solitario de Foncebadón y las
ruinas de la alberguería del monje Gaucelmo, recibe al peregrino
la Cruz de Ferro, humilde poste coronado por una cruz, testigo
milenario del paso de los santiaguistas.
Monte abajo, la deslumbrante sima del Bierzo. Pueblos llenos de
historia y tradición: Compludo y el recuerdo de S. Fructuoso, la
Tebaida berciana y la Ferrería. Molinaseca, el santuario de las
Angustias y el puente medieval. Ponferrada, la pons ferrata del obispo Osmundo, la basílica de la Encina, el castillo de los Templarios y el río Sil.
Prosiguiendo la décima jornada, nos salen al paso Cacabelos,
donde al decir de algún cronista concheiro, era preciso cuidarse
del vino «porque se corre como la cera de un cirio». El
célebre Santuario de la Virgen de la Quinta Angustia, a la vera
del río Cúa y, a seguida, por el Camino de la Virgen,
nos introduce la Calzada en Villafranca. El primer saludo a la iglesia
de Santiago, para seguir recorriendo templos, monasterios, conventos y
monumentos villafranquinos: San Francisco, la Anunciada, convento de
Jesuitas, la Colegiata, el castillo del Marqués, la Calle del
Agua, sus palacios y sus casonas blasonadas.
En el encuentro de los ríos Burbia y Valcarce comienza la undécima jornada que señala el Calixtino:
Villafranca-Triacastela. Por la cuenca del Valcarce, pisando valles de
verdor aterciopelado, surcando simas y trepando por rampas
inverosímiles, alcanzamos los poblados de La Faba y Laguna de
Castilla, donde nos despide la provincia de León.
Más arriba, ya en tierras de Galicia, el mítico Cebrero -Monte Februario-,
sus pallozas, su vetusta iglesia de Santa María, el Milagro del
Sacramento y el recuerdo de los monjes de Aurillac. También
aquí canta el peregrino. Cara a Compostela que se adivina en
lontananza, escuchemos la marcha de los jacobitas: Herru Santiagu. Got
Santiagu. Ultreya. Esuseya. Deus, adiuva nos.
Antonio Viñayo González
pelegrines y cantares pola tierras de lleón
Nel Altu'l Carrascu, sobru la veiga'l Valderaduei, asomábase'l
pelegrin xacobinu a las tierras de Lleón. Al llau del regatu, la
primer ermita la Virxen Nª Sª de la Ponte, y el primer
cantar. Al fondu, la población de Safagún conos sous
monesterios, el númberu esceicional, y la calidá los sous
templos, los gagüercos de reis y reinas, la cuba vinu más
descomanada dende'l Cabu Norte al Finisterre. Que'l vinu ye l'aliendu'l
pelegrín l'enancha'l coral y pon cantares nos sous llabios. La
estrella fagundina del Camín ye la Virxe Pelegrina: Tota Pulchra
es María. Nel rigu Cea y las choupeiras, salmos responsoriales
polas ánimas de los guerreiros cristianos que, allá pol
sieglu VIII, fonon abriendu la Ruta p'hacia'l sepulcru
l'Apóstol. Sigún la primer Guía del códiz
calistín, d'entamos del sieglu XII, en Safagún entamaba
la ochava xornada del Camín.
Samuel Rubio Álvarez
himnología compostelana en el alto y bajo medievo
El peregrinaje a Santiago de Compostela alcanza su apogeo cuando
los peregrinos traspasan el Pórtico de la Gloria, en cuyos arcos
se halla esculpida la gran pléyade de tañedores y
tocadores de instrumentos, todos ellos reunidos en una sinfonía
de bienvenida dispuesta a recibir con música al que llega.
«..................................................»
No es cuestión de hacer aquí un análisis del Codex
desde el punto de vista histórico, cultural o musical, pues no
es el momento, pero sí viene al caso una reflexión
sincera: un documento como el Codex Calixtinus,
testigo fiel y duradero de miles y miles de peregrinos cantando sus
melodías es un tesoro «escondido», pero que irradia
permanentemente luz al peregrino. Es fuerza viva que nos anima a seguir
el ejemplo de nuestros antepasados que nos legaron su germen cultural.
Ojalá que nosotros, los que vivimos este último
año Jacobeo del siglo XX y último del segundo milenio, no
pongamos trabas en el camino y colaboremos con nuestra fe y nuestro
esfuerzo al enriquecimiento de la cultura universal.
Samuel Rubio Álvarez
himnoloxía compostelana nel altu y baxu medievu
"..................................."
Nun ye custión de facer eiquí un analís del Codex
dende'l puntu vista hestóricu, cultural ou musical, pues nun
ye'l tiempu, peru sí vien al casu una reflesión sincera:
un documentu comu'l "Codex Calixtinus", testigu fiel y duradeiru de
miles y miles de pelegrines cantandu las súas melodías ye
una ayalga "escondida" peru qu'irradia permanentemente lluz al
pelegrín. Esta fuercia viva que nos anima a siguir l'exemplu los
nuesos antepasaos que nos lleganon'l sou xermen cultural. A ver si
nós, los que vivimos nesti cabeiru añu Xacobéu del
sieglu XX y cabeiru del segundu mileniu, nun ponemos torgas nel
camín y collaboramos cona nuesa fede y el nuesu esfuerciu al
enriquecimientu la cultura universal.
Torna:
Abel Pardo Fernández
Calzada alantre matorral, biesca, la inmensidá ocre la chanada
la seronda y la mar verde los trigales pa primavera. Na comba azul del
cielu, los arpexos l'alendina, lave amiga'l caminante, y na ermita
solitaria, la maternal sorrisa la Virxe de Perales, tan unida a la
pelegrinación xacobea.
Siguiendo'l camín francés, ou pola calzada romana,
chegaba'l pelegrín a Mansiella las Mulas, la villa amurallada y
torriada, la de las siete ilesias, que güei quedan reducidas a
dúas: la parroquial de Santa María y el Santuariu la
Virxe de Gracia.
El rigu Esla, primeiru, y el Porma, depués, conas súas
famosas pontes y la bondá las súas auguas,
acariñaban al pelegrín. Nel Altu'l Portiellu, xunta'l
cruceiru sayagueiru, agüeyabal caminante concheiru la ciudá
de Lleón, "real y curial, chena de toda triba de felicidaes", al
dicir de la Guía. La de las tres mitras, la del sepulcru de San
Isidoru, la de la más guapa de las catedrales góticas.
Las lletras de los cantares franceses de pelegrinax afítannos
qu'eiquí entraban cantandu los pelegrines y ablucaos , "homes,
muyeres y neños siguíannos pa oyir la melodía".
Justina, la Pícara, afirmaba que "cantaban a bultu". Dous rigos
de bonas auguas, El Toril, y el Bernesga, pa llavar cuerpu y roupa, bon
pan y meyor vinu, numberosos y escelentes hospitales, yeran prestosos
pa los concheiros.
Na novena xornada que, sigún el "Calixtinus" , entamaba en
Lleón y finaba en Rabanal del Camín, diba percorriendu la
Calzada villas y llugares, todas d'una llarga cal -la sarga-
qu'alliniaba a dambos llaos el caseríu. Una bona parte d'estos
poblaos añedían al sou nome "del Camín". Nos altos
de Trobayu, el santuariu de Nª Sra., tamién del
Camín, porque al sou llau apaecéu. Depués el
Páramu, ensuichu y solitariu dende cuantayá, verxel de
delicias agora. A la fin, el rigu Órbigu, la Ponte y l'Hospital.
Célebre'l primeiru pola batalla de suevos y visigodos,
famosísimu'l segundu polas xustas de don Suero de
Quiñones nel Añu Santu de 1434, y perpetuáu'l
terceiru nel nome'l pueblu.
Yá a la vista d'Astorga , el cruceiru que remembra los pasos del
Obispu Santu Toribiu. Pasáu el Rigu Tuertu, l'Astúrica
d'Augustu, conas súas murallas romanas, los sous munchos y
desemeyaos monumentos y los sous venticincu hospitales. El Camín
enfila Maragatería p'hacia arriba, dexandu p'hacia atrás
pueblos, caún col sou hospital y la súa hestoria de
pelegrinax. Yá bien altu, Rabanal del Camín, u tenemos
d'amentar el carbayu'l pelegrín, la ermita'l Santu Cristu, la de
San Xosé y la parroquial, construición de los templarios.
En Rabanal recuerda la Guía'l Calistinu qu'entamaba la
décima xornada enllargánduse dica Villafranca'l Bierzu.
Esguila la Calzada a lu altu'l Monte Iragu, u, perpasandu'l pueblu
solitariu de Foncebadón y las ruinas de l'alberguería'l
monxe Gaucelmu, recibe al peregrín la Cruz de Fierru, humilde
poste coronáu por una cruz, testigu milenariu del pasu los
santiagueiros.
Monte abaxu, l'allumante sima d'El Bierzu. Pueblos chenos d'hestoria y
tradición: Compludu y el recuerdu de San Fructuosu, la Tebaida
berciana y la Ferrería. Molinaseca, el santuariu las Angustias y
la ponte medieval. Ponferrada, la pons ferrata del obispu Osmundu, la
basílica La Encina, el castiellu los templarios y el rigu Sil.
Prosiguiendu la décima xornada, sálennos al pasu
Cacabiellos, u al dicir de dalgún cronista concheiru, yera
precisu cuidase del vinu "porque se cuerre comu la cera d'un ciriu". El
céllebre Santuariu la Virxe la Quinta Angustia, al llau del rigu
Cúa y, de siguíu, pol Camín de la Virxe,
introdúcennos la Calzada en Villafranca. El primer saludu a la
ilesia de Sayagu, pa siguir percorriendu templos, monesterios,
conventos y monumentos villafranquinos: San Franciscu, l'Anunciada,
conventu Xesuítas, la Colexata, el castiellu'l Marqués,
la Cal del Augua, los sous palacios y las súas casonas
blasonadas.
L'alcuentru los rigos Burbia y Valcarce entaman la undécima
xornada que siñala'l Calistinu: Villafranca-Triascastela. Pola
conca'l Valcarce triandu valles de verdor aterciopeláu, sucandu
simas y esguilandu por rampas increyibles, algamamos los poblaos de La
Faba y Llaguna, u despídenos la provincia de Lleón.
Más p'arriba, yá en tierras de Galicia, el míticu
Cebreiru -Monte Februariu- las súas pallozas, la súa
vieya ilesia de Santa María, el Milagru'l Sacramentu y el
recuerdu los monxes d'Aurillac. Tamién eiquí canta'l
pelegrín. Cara a Compostela aldovínase non llonxanu,
escuchemos la marcha los xacobitas: Herru. Got Santiagu. Ultreya;
Esuseya Deus, adiuva nos.
Podríamos afirmar que ya en el siglo XX comienza a unirse Europa
gracias al «Camino de Santiago», por donde todo peregrino
rinde homenaje al Apóstol Santiago, una vez que en el siglo IX
se descubre su sepulcro. De esta manera, y cual estrella por
guía, recorre la rúa compostelana lo más
representativo de la cristiandad.
Pero nada mejor que el Liber Sancti Jacobi (Codex Calixtinus) puede describir tan minunciosamente el concurso de todos los pueblos cuando dice: "Allí
van de todos los climas del mundo, nacionales y extranjeros: francos,
normandos, escoceses, irlandeses, los del país Galés,
teutones, iberos, gascones, navarros, vascos, godos, provenzales,
anglos, bretones, aquitanos, griegos, armenios, noruegos, rusos,
georgianos, romanos, gálatas, toscanos, sajones, sicilianos,
asiáticos, indianos, cretenses, antioquenos, chipriotas,
húngaros, búlgaros, moros, etíopes, corintios y otras
innumerables gentes de todas las lenguas, tribus y naciones, que van
por compañías y falanges, y con acciones de gracias
presentan al Señor sus votos, recibiendo el premio de sus
alabanzas".
Este «Liber Sancti Jacobi», llamado también
«Códex Calixtinus», se ha convertido, gracias a su
contenido, en piedra angular y punto de encuentro obligado y referente
esencial para los buscadores de raíces cultuales y culturales.
Como atribuye al Papa Calixto II (fallecido en 1124) la autoría
de los Oficios y de las Misas de la festividad del Apóstol
Santiago, el manuscrito lleva por nombre Codex Calixtinus.
No sabemos hasta qué punto tuvo que ver Calixto con la
creación de estos cultos, porque no parece probable que
compilase todos los textos. Podría tratarse de un reconocimento
al Papa, por elevar a Compostela al rango de sede arzobispal en 1120.
Sea lo que sea, lo cierto es que el repertorio del Codex Calixtinus
posee un enorme interés histórico y también
musical. Sus piezas polifónicas están compuestas y
agrupadas para ser cantadas en la liturgia del Apóstol, aunque
en el manuscrito no se diga expresamente el lugar que han de ocupar.
El Codex contiene varios tipos de composiciones, además del
himno «Dum Pater familias», canción que durante
siglos se entonó por las rutas internacionales, para rendir
viaje ante el Sepulcro; aparecen Responsorios, Antífonas... en
canto gregoriano y notación diastemática. Este primer
grupo se completa con una serie de composiciones, alguna de las cuales
se presenta con una voz añadida. El segundo bloque lo
constituyen piezas originariamente polifónicas, entre las que
destaca su composición más famosa: «Congaudeant
catholici» (Que se alegren todos los católicos), primera
obra a tres voces documentada en la historia de la música. A
este respecto cabe recordar «Cuando salimos de Francia»
también llamada «Gran canción de Peregrinos»,
auténtico testigo del recorrido del Camino hasta Santiago de
Compostela. Así reza a su paso por León:
Cuando estuvimos en la ciudad de León,
cantamos todos juntamente esta canción,
Salían las damas de casa en abundancia,
A oír cantar a los peregrinos,
A los hijos de la Francia.
Este es el homenaje humilde pero sincero que las «Aulas Corales
Municipales» quieren hacer a la fe y la cultura, no sólo a
través de unas melodías entresacadas precisamente del
Codex Calixtinus, sino también de otras fuentes no menos
importantes, que también han contribuido, a través de los
peregrinos, a dejarnos su legado cultural de primer orden. Y todo esto
en el año Jacobeo 1999 ante el umbral del siglo XXI y del tercer
milenio.
Torna:
Abel Pardo Fernández
El pelegrinax a Sayagu de Compostela algama'l sou finxu cuandu los
pelegrines trespasan el Pórticu La Gloria. Nos sous arcos
alcuéntrase esculpida la gran pléyade de tañedores
y toucadores d'instrumentos, toos ellos aconceyaos nuna sinfonía
de bienvenida dimpuesta a recibir con música al qu'arriba.
Podríamos dexar afitáu que yá nel sieglu XX entama
a xuntase Europa gracias al "Camín de Sayagu", por u tou
pelegrín fai homenax al Apóstol Sayagu, una vuelta que
nel sieglu IX descúbrese'l sou sepulcru. D'esti xeitu, y cual
estrella por guía, percuerre la rúa compostelana lu
más granible de la cristiandá.
Peru nada meyor que'l Liber Sancti Jacobi
(Codex Calixtinus) puede describir tan minuciosamente 'l concursu de
tolos pueblos cuandu diz: -Eillí van de tolos climas del mundu,
nacionales y estranxeiros: francos, normandos, escoceses, irlandeses,
los del País de Gales, teutones, iberos, gascones, navarros,
bascos, godos, provenzales, anglos, bretones, aquitanos, griegos,
armenios, noruegos, rusos, xorxianos, romanos, gálatas,
toscanos, saxones, sicilianos, asiáticos, indianos, cretenses,
antioquianos, chipriotas, húngaros, búlgaros, mouros,
etíopes, corintios, y outras innumberables xentes de tolas
llinguas, tribus y naciones, que van por compañías y
falanxes, y con aiciones de gracias presentaban al Señor los
sous votos, recibiendu'l premiu las súas alabanzas.
Esti "Liber Sancti Jacobi", chamáu tamién "Codex Calixtinus",
convertíuse tamién, gracias al sou conteníu, en
piedra esquinal y puntu d'alcuentru obligáu y referente esencial
pa los guetadores de raigaños cultales y culturales. Comu
atribuye al Papa Calistu II (fallecíu en 1124) l'autoría
de los Oficios y de las Misas de la festividá l'Apóstol
Sayagu, el manuscritu lleva por nome: "Codex Calixtinus". Nun sabemos
hasta qué puntu tuvu que ver Calistu cona creyación
d'estos cultos, porque nun paez probable qu'atropase tolos testos.
Podría tratase duna reconocencia al Papa, por ellevar a
Compostela al rangu de sede arzobispal en 1120.
Seya lu que seya, lu ciertu ye que'l repertoriu del "Codex Calixtinus"
tien un enorme interés hestóricu y tamién musical.
Las súas piezas polifónicas tan iguadas y ensamadas pa
ser cantadas na lliturxa l'Apóstol, anque nel manuscritu nun se
diga espresamente'l sitiu u tienen de tar.
El Codex contién dellos xeitos de composiciones, amás del
himnu "Dum Pater familias", cantar que durante sieglos entonóuse
polas rutas internacionales pa rindir viax ante'l sepulcru, apaecen
Responsorios, antifonías... en cantu gregorián y
notación diastemática. Esti primer grupu
complétase con una riestra de composiciones, dalgunas de las
cualas preséntase con una voz añedida. El segundu bloque
constitúyenlu piezas orixinalmente polifónicas, ente las
que destaca la súa composición más famosa,
"Congaudeant catholici", (Que s'allegren los católicos), primer
obra a tres voces documentada na hestoria la música. Al
respeutive d'estu cabe llembrar "Cuando salimos de Francia"
tamién chamada "Gran cantar de pelegrines", auténticu
testigu del percorríu'l Camín dica Sayagu de Compostela.
Asina reza'l sou pasu por Lleón:
Cuandu tuvimos na ciudá de Lleón,
Cantemos toos xuntamente esti cantar,
Salían asgaya las damas de casa
Pa oyir cantar los pelegrines,
A los fiyos de la Francia.
Esti ye l'homenax humilde peru sinceiru que las "Aulas Corales
Municipales" quieren facer a la fede y la cultura, non sólu al
traviés d'unas melodías entesacadas precisamente del
Codex Calixtinus, sinón tamién d'outras fontes non menos
importantes, que tamién contribuyeran, al traviés de los
pelegrines, a dexanos el sou llegáu cultural de primer orde. Y
tou estu nel añu Xacobéu 1999 ante l'umbral del sieglu
XXI y del tercer mileniu.